Jean-Jacques Rousseau Teoría contractualista del Estado

Jean-Jacques Rousseau

Teoría contractualista del Estado

El contrato social o los principios del derecho político

Jean Jacques

Rousseau 1712 - 1778

!

^Jean-Jacques Rousseau nació en Ginebra (Suiza) y aunque generalmente se le considera un ilustrado y colaboró en la Enciclopedia, es en realidad el gran disidente. Vivió una juventud, por no decir una vida, azarosa y autodidacta (podéis leer su biografía en Wikipedia , es interesante). En 1741 llegó a Paris, donde

hizo amistad con Diderot* y otros Ilustrados. En 1749 concurrió a un concurso de la Academia de Dijon sobre el tema ¿Ha contribuido al mejoramiento de las costumbres el progreso de las ciencias y de las artes?

Este tema y su respuesta negativa va a desencadenar todo su pensamiento. Su respuesta a la pregunta es: no;

las ciencias y las artes se originan de los vicios, los alimentan y son el origen de la desigualdad entre los hombres. A pesar del sorprendente enfoque, su Discurso sobre las ciencias y las artes, ganó el concurso y en 1753 volvió a ganar el concurso con su Discurso acerca del origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres, (Esta obra es breve y podéis leer unos

párrafos -en libros - wiki) en el que amplía los temas del primer Discurso [Voltaire escribió sobre él: Se trata de un libro contra el género humano... Cuando se lee entran ganas de andar a cuatro patas]. Siguen luego sus obras: La nueva Eloísa (1761), El contrato social (1762) y Emilio (1762).

! La ideas de Rousseau chocaban con las ideas de los ilustrados franceses: su desvalorización de la cultura, de la razón, del progreso, de la sociedad --en favor del hombre natural y del sentimiento--, resultaba escandalosa. Tampoco sus ideales políticos podían ser aceptados fácilmente, a pesar de esto sus ideas tuvieron un enorme éxito y fue el ilustrado que más influyó en los futuros revolucionarios, también sigue siendo junto a Voltaire el más actual.

! Su herencia de pensador radical y revolucionario está probablemente mejor expresada en sus dos más célebres frases, una contenida en el Contrato social: «

El hombre

nace libre, pero en todos lados está encadenado»

; la otra, contenida en su Emilio o De la educación:

«El hombre es bueno por naturaleza»

, de ahí su idea de la posibilidad de una educación.

! Todo el pensamiento de Rousseau está construido sobre el esquema del paso del estado natural al estado de sociedad, con el proyecto utópico de un regreso al primero sin abandonar el segundo (que ya no es posible)

1.º Estado de naturaleza. El hombre primitivo -”natural”- vivía en aislamiento, imagina Rousseau: no poseía una sociabilidad natural pero tampoco estaba en situación de “guerra de todos contra todos”. Era el “buen salvaje” : inocencia natural (no existe un pecado original), ausencia de moral, bondad innata, Igualdad. Pero “esta condición natural es un estado que ya no existe, que seguramente nunca ha existido y que probablemente no existirá jamás, pero del cual es necesario tener idea para juzgar bien acerca de nuestro estado presente” (Discurso sobre la desigualdad, Pról.) El concepto de naturaleza es, pues un “constructo” que sirve como punto de referencia.

2.º El paso al estado de sociedad. Hace al hombre menos feliz, libre y bueno.

Se ataca, pues, a la idea de “progreso” (idea fundamental para los ilustrado, que mantenían la fe en la racionalidad y los avances de la ciencia). En la narración de Rousseau, surge la sociedad lentamente, y en sus primeros estadios es cuando el hombre se siente más feliz. Pero se pierde la libertad y surgen las desigualdades en el momento que se establece el derecho a la propiedad y la autoridad para salvaguardarlo. La sociedad es un engaño: los hombres se unen creyendo defender a los débiles , pero, de hecho, no defienden sino los intereses de los más ricos (Rousseau hace aquí una dura crítica al liberalismo económico y político). Con la propiedad surgen las diferencias: ricos – pobres, poderosos – débiles, amos – esclavos. Sólo queda un reducto a salvo: la conciencia; pero es un reducto casi ignorado. El hombre vive más “fuera de si” que “en sí” y por tanto esta alienado**

[A finales de siglo, en 1799, el hallazgo del salvaje de Aveyron*originará una viva polémica sobre este tema.]

3.º Regreso a una sociedad según las exigencias “naturales”

! El primer paso es la transformación del individuo mediante la educación. El programa del Emilio se basa en la bondad innata del individuo, la inmersión en la naturaleza y no la transmisión de los prejuicios* culturales, morales o religiosos. Emilio se educa solo -con su mentor- como el “buen salvaje”, y reproduce la experiencia de Robinson (la novela, 1719, había tenido múltiples imitadores), descubriendo por sí mismo lo mejor de la cultura.

Emilio contiene en el fondo una crítica a los ideales de la educación ilustrada.

! El segundo paso es la transformación de la sociedad. El programa del Contrato social se basa en el establecimiento de “una forma de asociación […] mediante la cual cada uno, al unirse a todos, no obedezca, sin embargo, más que a sí mismo, y quede tan libre como antes” (I, 6). Se trata de una nueva forma de contrato social que devuelva al hombre a su estado natural, sin dejar de pertenecer a la comunidad. No es un contrato entre individuos para

“conferir todo su poder y fuerza a un hombre o a una asamblea de hombres” (Hobbes), ni de los individuos con un gobernante (Locke).

! Es un pacto de la comunidad con el individuo y del individuo con la comunidad, “cada asociado se une a todos y no se une a nadie en particular” (Lectura muy atenta del texto). Este pacto crea la “Voluntad general”*que no es la suma de las voluntades egoístas de los particulares.

Surge así la soberanía: el soberano es la voluntad general, la cual es inalienable, es decir no se delega: el gobierno es sólo un ejecutor de la ley que emana de la voluntad general, y siempre podrá ser substituido. Es también indivisible (no hay separación de poder, contra Locke y Montesquieu).

! De este modo, Rousseau entiende establecer la la soberanía popular y la libertad individual. Porque al hacer el contrato con la comunidad, “cada individuo contrata, por así decirlo, consigo mismo”, y al obedecer a la voluntad general, “

no obedece más que a sí mismo”

(I,7)

! El Contrato social inspirará a los revolucionarios franceses de 1789*, a la comuna de 1870*, a los comunistas del siglo XIX y a Jefferson, autor de la Declaración de independencia de los Estados Unidos.

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Texto: El contrato social ¹⁷⁶²

Del estado civil

! La transición del estado natural al estado civil produce en el hombre un cambio muy notable, sustituyendo en su conducta la justicia al instinto y dando a sus acciones la moralidad de que antes carecían. Es entonces

cuando, sucediendo la voz del deber a la impulsión física, y el derecho al apetito, el hombre, que antes no había considerado ni tenido en cuenta más que su persona, se ve obligado a obrar basado en distintos principios, consultando a la razón antes de prestar oído a sus inclinaciones. Aunque se prive en este estado de muchas ventajas naturales, gana en cambio otras tan grandes, sus facultades se ejercitan y se desarrollan, sus ideas se extienden, sus sentimientos se ennoblecen, su alma entera se

eleva a tal punto que, si los abusos de esta nueva condición no le degradasen a menudo hasta colocarle en situación inferior a la en que estaba, debería bendecir sin cesar el dichoso instante en que la quitó para siempre y en que, de animal estúpido y limitado, se convirtió en un ser inteligente, en hombre.

Simplificando: el hombre pierde su libertad natural y el derecho limitado a todo cuanto desea y puede alcanzar, ganando en cambio la libertad civil y la propiedad de lo que posee. Para no equivocarse acerca de estas compensaciones, es preciso distinguir la libertad natural que tiene por límites las fuerzas individuales de la libertad civil, circunscrita por la voluntad general; y la posesión, que no es otra cosa que el efecto de la fuerza o del derecho del primer ocupante, de la propiedad, que no puede ser fundada sino sobre un título positivo.

Podríase añadir a lo que precede la adquisición de la libertad mora, que por sí sola hace al hombre verdadero dueño de sí mismo, ya que el impulso del apetito constituye la esclavitud, en tanto que la obediencia a la ley es la libertad. Pero he dicho ya demasiado en este artículo, puesto que no es mi intención averiguar aquí el sentido filosófico de la palabra libertad.

! ! ! ! ! ! ! Del contrato social, I, 8.