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INSTITUTO SUPERIOR DE RELACIONES INTERNACIONALES “RAÚL ROA GARCIA”
CRISIS ENERGETICA MUNDIAL Y SEGURIDAD
NACIONAL DE ESTADOS UNIDOS
Autora: Lic. Patricia L. Pego Guerra
2 INDICE
I.- Introducción ... 3
II.- Causas de la crisis energética actual. ... 4
III.- Seguridad e independencia energética de Estados Unidos como elementos de Seguridad Nacional. ... 5
IV.- Iniciativas norteamericanas para solucionar el problema. ... 6
VI.- Necesidad de fuentes alternativas... 9
VII.-Consideraciones Finales ... 11
3 I.- Introducción
“…El mundo marcha inexorablemente hacia una crisis energética si no se actúa a tiempo”. Castro Ruz (14 de abril de 2007).
Por todos es conocida la importancia que tienen los recursos energéticos en la economía mundial, la cual lógicamente se hace extensiva a todas las esferas sociales, donde su incidencia es vital. Desde el punto de vista económico, en la actualidad es impensable mantener el desarrollo de un país sin acceder a fuentes estables de hidrocarburos.
Por ello, la actual crisis energética mundial es cada día motivo de mayores preocupaciones por parte de políticos, economistas, ecologistas, científicos, etc., quienes coinciden en que está en riesgo la supervivencia de la especie humana.
Un artículo de la Revista “Política Exterior de España” destaca la sensibilidad e importancia del petróleo para las economías nacionales:
“El petróleo es política. Conseguir acceso a petróleo barato forma parte de la política económica y exterior de un país. Aunque haya disminuido la contribución relativa del petróleo al crecimiento económico la dependencia es estructural (…) La seguridad del suministro no solo es fundamental sino que debido a las dimensiones políticas y económicas internacionales, la seguridad de las políticas de abastecimiento de petróleo está cada vez más relacionada con la política exterior y las políticas energéticas.” 1
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Revista Política Exterior. Vol. XX. Julio-Agosto, 2006. No.112. pp. 49-66. Editora de Estudios de Política Exterior, Madrid. España, 2006. pág. 49 primer párrafo.
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II.- Causas de la crisis energética actual.
Las causas de la actual crisis energética son disímiles y pasan por factores como la incertidumbre sobre la estabilidad del mercado petrolero a largo plazo, la conocida “adicción al petróleo” de la sociedad norteamericana y demás países desarrollados, la insuficiencia de los recursos existentes, la falta de recursos renovables, la creciente consciencia ambiental y muy especialmente los altos precios internacionales del petróleo y sus derivados.
Sin embargo, muchas veces el análisis desvirtúa la esencia misma del fenómeno. Debe recordarse que hace más de 30 años, Castro Ruz (18 de octubre de 1974) explicó el origen de la entonces reciente crisis energética a partir de las dificultades y problemas inherentes al Imperialismo.
Igualmente expresó:
“Esta crisis es, en realidad, la crisis de la política imperialista de explotación y derroche irracional de los recursos energéticos mundiales, a expensas de los países productores subdesarrollados y en beneficio de las astronómicas ganancias de los grandes monopolios internacionales.”
En sus palabras Fidel denunció quiénes eran en realidad los únicos y verdaderos culpables de la aguda situación creada con la energía, y sentenció:
“Fueron los monopolios petroleros, fundamentalmente yankis, los que aprovechándose de las medidas restrictivas dictadas por los países exportadores árabes a raíz del estallido del último conflicto árabe-israelí, ocultaron las reservas, desataron el pánico y provocaron el alza en los precios de los productos del petróleo, a fin de elevar extraordinariamente sus ganancias”.
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III.- Seguridad e independencia energética de Estados
Unidos como elementos de Seguridad Nacional.
El tema de la seguridad e independencia energética en Estados Unidos ha pasado a ser un elemento primordial en su estrategia de seguridad nacional y consecuentemente en su política, tanto doméstica como exterior. En ello inciden aspectos como sus dimensiones geográficas y demográficas, los altos niveles de consumo energético, su preponderancia en la economía y política internacional, así como su condición de potencia imperialista. Un simple análisis de los indicadores de producción y consumo del petróleo en Estados Unidos, aporta elementos de interés que corroboran lo anterior, como los siguientes:
1. Estados Unidos ocupa el 10mo. lugar en el ranking mundial de reservas petroleras (2004), que en las últimas décadas han sufrido una notable disminución, lo cual se estima debe mantenerse como tendencia.
2. La mayor parte de sus reservas se localizan en cuatro estados, a saber: Texas (22 %), Louisiana (22 %), Alaska (20 %) y California (18 %). Otros estados con reservas importantes son Nuevo México y Ohio.
3. El petróleo representa el 40 % del consumo norteamericano de energía, dentro del cual, el sector de transporte absorbe aproximadamente 2/3 y el sector industrial el 25 %.
4. Desde los años ´90 hasta la fecha, las importaciones norteamericanas de petróleo han mostrado incremento de aproximadamente el 50 % y cubren más de la mitad de la demanda total del país. Según se estima, este comportamiento debe mantenerse como tendencia.
5. Los principales países de origen de las importaciones norteamericanas son Canadá, México, Arabia Saudita, Venezuela y Nigeria.
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IV.- Iniciativas norteamericanas para solucionar el
problema.
La creación del Grupo de Política de Energía Nacional (National Energy Policy Group, en inglés) y la publicación el 17 de mayo de 2001 de la “Política de Energía Nacional” (NEP), también conocida como “Informe Cheney”, fue una de las primeras iniciativas emprendidas por la administración Bush para dar solución en el largo plazo a los requisitos de la energía estadounidense.
La NEP diagnosticó la situación energética del país y presentó una serie de recomendaciones, que tenían como base tres desafíos fundamentales a lograr por Estados Unidos:
1. expandir economía y el estándar de vida norteamericano. 2. reparar y expandir la infraestructura energética.
3. incrementar las fuentes de suministro energético, protegiendo el Medio Ambiente.
El Informe reconoció las deficiencias el país en la instrumentación de una política energética efectiva. Sin embargo, la mayoría de las propuestas se centraron en solucionar las faltas, aunque desde una perspectiva de la oferta y no de la demanda de hidrocarburos.
Entre las medidas propuestas destaca, en primer lugar, que el Presidente hiciera de la seguridad energética una “prioridad de la política comercial y exterior norteamericana”. Es importante señalar que más de la mitad de las recomendaciones referían las vías de acceso a fuentes de petróleo en el extranjero, no solo en Medio Oriente, sino también en la cuenca del Mar Caspio, muy cercana a esa región, donde las reservas probadas oscilan entre los 17 y 33 mil millones de barriles de crudo, según datos de la OPEP. De igual modo, ratificó la importancia de América del Norte, América Latina y Caribe, en especial Venezuela, Brasil y Trinidad y Tobago.
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Téngase en cuenta que las vías propuestas para el acceso de Estados Unidos a esas fuentes de petróleo en los países con grandes reservas no eran necesariamente “pacíficas”. Estados Unidos trataría de asegurarse, ya fuera por la vía de contratos económicos favorables o militarmente, del acceso al petróleo vital para su desarrollo económico.
Dos años más tarde, en 2003, el Departamento de Energía elaboró un Plan Estratégico, también a largo plazo, dirigido a alcanzar la seguridad nacional, económica y energética, del país, a partir de cuatro objetivos estratégicos: 1) defensa nacional, 2) diversificación de fuentes energéticas, 3) promoción de investigaciones científicas a escala mundial y 4) protección del Medio Ambiente.
Este Plan retomó muchos aspectos de la NEP de 2001, aunque hizo mayor énfasis en los temas de la conservación, eficiencia energética y el aumento de la producción interna como medidas para desafiar las amenazas de la dependencia energética.
V.- El fin justifica los medios
Como se conoce, el Medio Oriente ha representado para Estados Unidos la posibilidad y oportunidad de acceder a importantes fuentes de reservas petroleras y para ello ha acudido a diferentes vías bilaterales y multilaterales que incluyen desde el empleo de la Diplomacia y el bloqueo económico, hasta acciones militares. De hecho, la región se ha convertido en el primer y más importante campo de batalla de la proclamada “Guerra Global contra el Terrorismo”.
Las estrategias de Seguridad Nacional de 2002 y 2006 demuestran que la “lucha contra el terrorismo”, la “defensa de la libertad y la democracia”, la “liberalización económica” y la “apertura de mercados” son elementos de la política exterior norteamericana que enmascaran la consecución de sus objetivos petroleros a nivel internacional.
La invasión a Iraq en 2003, donde aún permanecen las tropas de la coalición liderada por Estados Unidos, es el ejemplo más reciente pues en el contexto de la lucha contra el terrorismo el Imperio utilizó los pretextos de que el país árabe poseía armas de exterminio en masa y constituía un peligro para Estados Unidos y sus aliados; mantenía vínculos con el terrorismo internacional, particularmente con la red terrorista de
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Qaeda; era un régimen violador sistemático de los derechos humanos y tenía un gobierno antidemocrático que no respetaba la legalidad internacional.
Con tal claridad ha quedado reflejado en declaraciones e intervenciones de los más altos representantes del gobierno norteamericano, en particular el presidente George W.Bush (hijo); Condoleezza Rice; y el anterior Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, entre otros, así como un grupo importantes de legisladores federales.
Según criterios de expertos, los objetivos reales de la invasión de Estados Unidos a Iraq fueron:
1. acceso a significativas fuentes de reservas petroleras.
2. establecer una base segura, militar y políticamente, en el Medio Oriente que sirviera de disuasivo geoestratégico a las potencias emergentes y para contrarrestar el auge de gobiernos contestarías en la región.
3. secundariamente, proporcionaría a Israel un vecino fuerte y amistoso.
Quedaría entonces por preguntarse ¿Por qué Iraq? y surgen entonces respuestas como: 1. el gobierno de Saddam Hussein impuso una frágil unidad nacional.
2. el gobierno iraquí no era un gobierno agradable a sus vecinos después de dos guerras expansionistas en la región, en ambos casos de desgaste y fracaso.
3. desde 1990 Estados Unidos y el Reino Unido aplicaron un bloqueo y una guerra de baja intensidad contra Iraq, con el pretexto de la invasión a Kuwait, que debilitó al país desde todos los puntos de vista; y ello hizo de Iraq una presa más fácil que cualquier otra en la región.
4. Iraq es la segunda reserva de crudo del mundo con una producción potencial de tres millones de barriles diarios, solo superada por Arabia Saudita.
5. la posibilidad que el dominio sobre Iraq podría representar con vistas a acceder con mayor facilidad a los recursos geoestratégicos de otros países, como Irán.
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VI.- Necesidad de fuentes alternativas.
La vulnerabilidad energética de Estados Unidos le ha impuesto, como a otras naciones, la necesidad de buscar fuentes alternativas, que en muchos casos ofrecen también la oportunidad de reducir las emisiones de contaminantes y proteger el Medio Ambiente. Algunas de estas fuentes alternativas se producen a partir de recursos no renovables, otros renovables y otros son productos secundarios o subproductos de la refinación del petróleo.
La Nueva Estrategia Energética (“Veinte en Diez”), anunciada por Bush (hijo) el 23 de enero de 2007, como parte del Discurso sobre el Estado de la Unión, tiene como objetivo principal la reducción de la dependencia del petróleo proveniente del exterior. Entre sus principales aspectos se encuentran:
1. disminuir el consumo interno de gasolinas en un 20 % en los próximos 10 años, (a 2 millones de barriles al día) por medio del desarrollo de fuentes alternativas de combustible como el etanol de maíz, el etanol de celulosa, el biodiesel, el metanol, el butanol y otros combustibles alternativos.
2. producir 35 mil millones de galones de combustibles renovables y alternativos para 2017, con vista a desplazar el 15 % de la producción de gasolina y un 15 % adicional mejorando la eficacia estándar de autos y camiones.
3. promover fuentes de acceso a petróleo que no dañen el Medio Ambiente.
4. aumentar la producción interna de petróleos, especialmente la reserva del norte de Alaska.
La gira de Bush (hijo) por cinco países de América Latina, en marzo 2007 devino escenario propicio para promover la “Veinte en Diez” y Brasil se erigió en su principal contraparte, sobre todo para el caso específico de la producción de biocombustibles, como el etanol, a partir del maíz, que derivó en la firma de un Memorando de Entendimiento.
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Este hecho ha generado reiteradas y severas críticas que resaltan el efecto negativo de la iniciativa, particularmente en las economías de los países subdesarrollados, pues se traduce en un incremento de los índices de pobreza, desempleo, inflación, etc.
El Comandante en Jefe, Fidel Castro, ha sido uno de los abanderados en estas posiciones, las cuales ha reflejado en varias Reflexiones sobre el tema publicadas en el periódico Granma.
Otra arista del tema es abordada por analistas de diversos países del mundo para quienes reducir la vulnerabilidad norteamericana a partir del desarrollo del etanol coadyuvaría a mantener el papel que Estados Unidos se ha adjudicado internacionalmente de garantizar los flujos petroleros de sus aliados, a su propio territorio y, en general, a todo el mundo, al proporcionarle un mayor margen de acción ampliando la oferta.
Sin embargo, los estrategas estadounidenses tienen claro que hay problemas de la Seguridad Energética norteamericana que no quedarían resueltos únicamente disminuyendo el consumo de petróleo. Solucionarlos de raíz, significaría contar con la preponderancia sobre el sector de transporte.
En este sentido, los biocombustibles son vistos como la solución para reemplazar una fracción importante del uso del petróleo, permitiendo con ello la posibilidad de reducir las importaciones futuras del hidrocarburo. Anular la dependencia energética descansaría en la posibilidad de eliminar la total dependencia del petróleo como base energética en el sector del transporte.
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VII.-Consideraciones Finales
Las verdaderas causas de la actual crisis energética mundial radican en el derroche irracional en el uso de los hidrocarburos, como paradigma de un modo de vida que exalta el consumismo desmedido.
La seguridad energética de Estados Unidos es un componente esencial de su Seguridad Nacional y consecuentemente de sus políticas doméstica y exterior.
La búsqueda e identificación, por parte de Estados Unidos, de nuevos abastecimientos de hidrocarburos en otras regiones distintas a sus habituales abastecedores, con el fin de alcanzar “sus objetivos petroleros”, representa un peligro real a la capacidad de regiones como el Medio Oriente, América Latina, Africa y Asia de defender su soberanía y seguridad nacional.
La invasión a Iraq ha demostrado la lamentable vigencia y aplicación, del conocido pensamiento de Nicolás Maquiavelo, reflejado en su obra “El Príncipe”, de que “el fin justifica los medios”.
El rechazo nacional y mundial que ha merecido la guerra en Iraq hace poco probable que la nueva Administración norteamericana, a elegir en noviembre 2008, sea Republicana o Demócrata, emprenda nuevamente acciones de su tipo, con uno u otro pretexto, para intentar dar solución a los problemas energéticos de Estados Unidos. La búsqueda inmediata de fuentes alternativas de energía y el uso racional de los recursos existentes es una necesidad imperiosa que pone en riesgo la supervivencia de la especie humana.
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Bibliografía general
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septiembre de 2007]
3. Castro Ruz, F. (30/04/2007) Reflexiones sobre el tema energético.
http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2007/esp/f010507e.html [Consulta 13 de
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4. Castro Ruz, F. (18/10/1974) Trascripción de discurso en el acto en saludo a los participantes en la XXV Reunión del Consejo General de la Federación
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http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1974/esp/f181074e.html [Consulta 12 de
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http://georgewbush-whitehouse.archives.gov/nsc/nss/2006/ [Consulta 13 de
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9. Maquiavelo, N. (1513) El Príncipe. Disponible en URL:
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tm [Consulta 13 de septiembre de 2007]
10. Revista Política Exterior. (Julio-Agosto, 2006). Vol. XX. No.112. Editora de Estudios de Política Exterior. Madrid: España.
