II. L A CLASIFICACIÓN DE LOS ADVERBIOS
3. Los adverbios oracionales
3.2. Modificadores del modus
3.2.1. Adverbios relacionados con el valor de verdad de la oración
Es una marca de la presencia del emisor en el enunciado la indicación del valor de verdad que éste confiere a una proposición. Prototípicamente, la evaluación sobre el valor de verdad de la oración se expresa mediante operadores modales epistémicos, entre los que se cuentan verbos modales como poder, así como también algunos adverbios, como posiblemente o seguramente, que, por los motivos aducidos más arriba, no forman parte del objeto de estudio de la presente tesis. La bibliografía especializada, no obstante, relaciona también con la expresión del valor de verdad de la oración dos subclases de adverbios más, a cuyo análisis dedicamos el capítulo V. Por un lado, se sitúan los que Kovacci (1999: 758 y ss.) denomina restrictivos del valor de verdad de la aserción (supuestamente, presumiblemente). En esta subclase se incluyen unidades que indican una suspensión del juicio sobre el valor de verdad de la proposición, suspensión que se produce a pesar de que las apariencias parecerían indicar que lo expresado en la oración es cierto. Estos adverbios serán objeto de estudio en § V.1, aunque, de hecho, no poseen los rasgos que comparten las demás subclases adverbiales que analizamos: no se forman a partir de adjetivos calificativos sino a partir de modificadores intensionales, y, además, no poseen usos en los que actúen como adverbios internos al predicado —adverbios de modo—. Por ello, podrían haber quedado excluidos de nuestro estudio; sin embargo, dado que tienen un valor en cierto sentido opuesto al de los reforzadores de la verdad de la aserción, nos ha parecido
conveniente incluirlos en el repertorio de clases adverbiales analizadas: de no hacerlo, se habría proporcionado una imagen parcial de la modificación del modus que pueden vehicular los adverbios del español en relación con la expresión de la presuposición del valor de verdad. Por otro, se sitúan los reforzadores del valor de verdad, que incluyen unidades como obviamente o evidentemente, que examinamos en § V.2; están formados a partir de adjetivos calificativos y tienen en ocasiones usos como adverbios de modo, lo cual justifica su inclusión en nuestro estudio. En rigor, su función como adverbios oracionales no consiste en indicar un valor de verdad de la oración —si bien lo presuponen—, sino en indicar la fuente en que se basa la presuposición de la verdad de lo dicho: ésta se fundamenta en una evidencia que es constatable o compartida por la comunidad hablante.
a) Restrictivos del valor de verdad
Forman la subclase de modificadores restrictivos del valor de verdad de la aserción los adverbios que expresan nociones de apariencia o suposición, como supuestamente, presuntamente, presumiblemente, aparentemente o virtualmente. Indican que la verdad de la proposición no se da por segura, a pesar de que las apariencias así parecen indicarlo. Puesto que implican una suspensión del juicio sobre el valor de verdad, no son omisibles, en el sentido de que la oración con el adverbio no implica lógicamente la oración con el adverbio elidido, como ilustra el ejemplo (II.68) —donde la primera oración del par no implica lógicamente la segunda—:
(II.68) a. Presuntamente, se trata de un hecho delictivo. b. ⇒/ Se trata de un hecho delictivo.
El significado que poseen todos los adverbios de esta subclase es similar; sin embargo, los distintos miembros que la componen difieren en cuanto a la paráfrasis que admiten. Así, por ejemplo, supuestamente o presumiblemente se glosan con el verbo con el que están emparentados —se supone / supongo, se presume / presumo40—, mientras que la paráfrasis de aparentemente recurre a
un sintagma preposicional —en apariencia—, verosímilmente se glosa con ser + adjetivo —es verosímil— y no existe una paráfrasis adecuada para virtualmente.
El significado que tienen estas unidades es, en cierto modo, opuesto al que poseen los reforzadores del valor de verdad de la aserción. Por ello, a menudo se usan en construcciones en las que se establece un contraste entre el valor de verdad de dos proposiciones. En este caso, se establece una correlación bien con un adverbio perteneciente al mismo grupo, bien
40 El uso de la pasiva refleja o de la primera persona refleja una diferencia de interpretación que suelen tener estos
adverbios: la duda sobre el valor de verdad de la proposición se puede atribuir bien al hablante, bien a un conjunto de personas que lo incluye.
con un miembro de la subclase de los reforzadores del valor de verdad o con el sintagma en realidad, que tiene el valor correctivo característico de estos últimos:
(II.69) Aunque supuestamente son unos expertos, no tienen {presumiblemente / realmente / en realidad} ni idea de lo que hacen.
También poseen cierta relación de significado con los de modales espistémicos, que indican la modalidad dubitativa de la oración —probablemente, posiblemente, seguramente, tal vez, etc.—, tal como se ha mencionado en diversos lugares de este capítulo. Sin embargo, el comportamiento sintáctico de ambos grupos es distinto, lo cual es reflejo de la diferente naturaleza semántica de unos y otros: mientras que los adverbios restrictivos del valor de verdad son modificadores semánticos intensionales, los adverbios epistémicos son operadores modales. Por ello, tienen un comportamiento netamente diferenciado del que presentan los adverbios que aquí se examinan. Por un lado, se ordenan en una escala de grado de duda, que abarca desde la duda máxima (difícilmente) hasta la expresión de la certeza (seguramente)41; el grado máximo y los grados
intermedios admiten gradación externa mediante cuantificadores (muy probablemente). Por otro, muchos de ellos rigen —o admiten, con algunas diferencias de significado— modo subjuntivo, tiempos futuros o condicional. Además, se corresponden con predicados modales —es probable que, es casi seguro que—, y en ocasiones admiten la función de predicado del dictum —seguramente que mañana vendrá—.
b) Reforzadores del valor de verdad
Los adverbios que se incluyen en este segundo grupo presuponen la verdad de la oración a la cual modifican, e indican la fuente en que se basa esta presuposición: la evidencia o el saber compartido. Con esta función se usan formas como indudablemente, indiscutiblemente, incuestionablemente, ciertamente, verdaderamente, evidentemente, obviamente, y también realmente en una de sus lecturas42. Al tener estos adverbios una función reforzadora en relación con la expresión
del valor de verdad, son omisibles —a diferencia de los restrictivos del valor de verdad—; esto es, implican lógicamente la oración sin el adverbio43:
(II.70) a. Obviamente, dos y dos son cuatro. b. ⇒ Dos y dos son cuatro.
41 En la acepción que DEA, por ejemplo, proporciona en segundo lugar: ‘De manera segura’. No en la primera y
más frecuente acepción de esta voz: ‘De manera probable o casi segura’.
42 También tienen este uso algunas locuciones adverviales como sin duda, en verdad o en realidad, que sin embargo no
serán tenidas en cuenta en esta tesis, cuyo objeto de estudio lo constituyen exclusivamente adverbios en -mente.
43 Tomamos el ejemplo de Espinal (1983: 135), donde se examinan las condiciones pragmáticas de uso de estos
Admiten glosa con el adjetivo de base en función de atributo de una oración copulativa con sujeto oracional (cláusula en indicativo) —(II.71)— o con una coordinación cuyo segundo término contiene un demostrativo —(II.72)—; como observa Kovacci (1999: 761), en tal caso el demostrativo se refiere al modus oracional y no al dictum, como pone de manifiesto la explicitación de la referencia del pronombre:
(II.71) Es obvio que dos y dos son cuatro. (II.72) a. Dos y dos son cuatro, y eso es obvio.
b. *Dos y dos son cuatro, y eso —el resultado de la suma— es obvio. c. Dos y dos son cuatro, y eso —mi aseveración— es obvio.
Muchos de estos adverbios pueden actuar también a nivel textual. Con esta función, cada uno de ellos muestra un valor idiosincrásico, si bien todos tienen en común un valor correctivo o confirmativo; esto es, establecen una relación entre la proposición a la cual modifican y el discurso anterior, cuyo valor de verdad se refuerza o corrige mediante la proposición. Como observa Espinal (1983), las condiciones de uso de estos adverbios con función textual están reguladas por factores pragmáticos diversos, que en muchas ocasiones se relacionan con el hecho de que estos adverbios poseen valor conclusivo. Por ejemplo, ante la naturalidad de (II.73a), sorprende la poca naturalidad de (II.73b)44: en un contexto de enunciación adecuado,
los hablantes pueden inferir en el primer caso la información necesaria para concluir que el médico no vendrá —por ejemplo, si ya ha pasado la hora de visita—; en cambio, resulta difícil imaginar un contexto en que la información necesaria para emitir (II.73b) se pueda deducir con facilidad, dado que la operación de calcular la raíz cuadrada de 7 no es, para la mayoría de hablantes, obvia:
(II.73) a. Obviamente, el médico no vendrá.
b. Obviamente, la raíz cuadrada de 7 es 2,64575...
La bibliografía especializada ha descrito algunos rasgos distribucionales que son comunes a todos los adverbios de este grupo, la mayoría de los cuales son consecuencia de su significado de refuerzo veritativo. En primer lugar, tal como notan Kovacci (1999: 761-762) y Rodríguez Ramalle (2003: 147), sólo son compatibles con la modalidad oracional declarativa, pero no pueden aparecer en oraciones interrogativas45:
44 Ejemplos tomados de Espinal (1983: 132-133).
45 Según estas autoras, tampoco puede aparecer en oraciones imperativas. No obstante, creemos que la baja
aceptabilidad de este tipo de oraciones se debe a factores pragmáticos y no semánticos. Tómese, por ejemplo, la siguiente oración:
(i) Obviamente, ven mañana.
Según creemos, en el contexto adecuado, podría ser aceptable. Por ejemplo, se puede imaginar una situación en la que el preparador físico de una selección deportiva no sabe si se ha de quedar ese día al entrenamiento o se tiene
(II.74) a. *Obviamente, ¿estamos equivocados? b. *¿Estamos equivocados obviamente?46
En segundo lugar, son compatibles con oraciones con un verbo estativo: (II.75) Obviamente, dos más dos son cuatro.
Es decir, estos adverbios seleccionan como argumento una proposición aseverativa, cuyo valor de verdad es conocido, pero no pueden modificar oraciones cuya modalidad oracional implique un valor de verdad desconocido para el oyente. Así mismo, son transparentes a la Aktionsart del predicado verbal, puesto que presentan como obvio, conocido o manifiesto lo expresado en la proposición, independientemente de que ésta describa una acción o un estado. Es decir, su función consiste en introducir oraciones consideradas verdaderas por el hablante, y por ello son omisibles, pues su significado no afecta al valor de verdad oracional.