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La toma y retoma del Palacio de Justicia obra “La Siempreviva”

1.4. Análisis de la manera como son representadas las víctimas y los victimarios en cada una de las obras.

1.4.1. La toma y retoma del Palacio de Justicia obra “La Siempreviva”

La obra se divide en tres partes. La primera tiene nueve escenas, la segunda tiene cinco escenas y la tercera y última tiene trece escenas. En la primera parte hay un acontecimiento que marca el comienzo del drama: el cumpleaños de Lucía, una madre con dos hijos: Julieta y Humberto, quienes tienen la casa hipotecada y cuyo dinero no es suficiente para cubrir los intereses de la deuda que cada vez va en aumento. En esta primera parte siete personajes simbolizan la forma en que viven las familias bogotanas: Lucía28, Julieta29; Humberto30, Sergio y Victoria31; el prestamista Don Carlos32, y finalmente encontramos al Doctor Espitia33; es interesante ver cómo en esta primera parte de la obra la celebración del cumpleaños se convierte en una “fachada” para reflejar el juego de la familia feliz. Cabe mencionar que la descripción de los personajes la infiero con base en elementos claves que son presentados en el guión y también en escena cuando revisé el material audiovisual.

Ahora bien, en las tres partes de la obra, interviene un Locutor que narra la situación que vive Colombia antes, durante y después de la toma del Palacio de Justicia, es quien da información acerca de lo que se dice de los desaparecidos y muertos que se presume dejó la toma.

En la obra “La siempreviva” encuentro clave mencionar que en un primer momento las víctimas son habladas porque se difunde información sobre unas cifras específicas que determinan cuántas

28 Representa a una mujer conservadora, creyente, conformista, una mujer que vela porque sus hijos reciban una buena educación.

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Es una joven universitaria que sueña con graduarse y recibir su título de abogada profesional, una mujer emprendedora que no está dispuesta a renunciar a sus ideales, trabajadora, “echada pa’ lante”, visionaria, participativa e independiente.

30El mantenido de la familia, no trabaja, se la pasa discutiendo con su familia, es presentado como un personaje cizañero.

31Una pareja que vive en arriendo en la casa de doña Lucía. Sergio es un hombre machista, borracho, vive del rebusque, no pudo terminar sus estudios porque no tenía dinero para costeárselos; y Victoria una mujer sumisa, quien se deja maltratar por su esposo.

32Es un personaje que no deja de exhibir su fajo de billetes, es un hombre usurero, egoísta, que tiene la intención de ahogar de intereses a Lucía para quedarse con la casa y tiene un hijo preso en los Estados Unidos.

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personas fueron víctimas mortales y víctimas desaparecidas como se puede evidenciar a continuación tomando como referencia un fragmento del guión de la obra:

Tercera parte de la obra, escena doce:

Locutor: “… Hubo 103 víctimas, hay 11 personas desaparecidas, murió más del 86 por ciento de los integrantes de la Corte Suprema de Justicia, no hay detenciones aún ni órdenes de captura, quedan interrogantes que la justicia ordinaria aún no está en capacidad de despejar, existe un voluminoso expediente con textos suficientes para escribir cien libros de más de cuatrocientas páginas cada uno, y las terribles imágenes de la toma del Palacio de Justicia siguen vivas en la mente de muchos colombianos”.

Por su parte Lucía madre de Julieta la joven desaparecida, es quien construye los hechos a través de su drama personal desde el instante en que se anuncia que la guerrilla se ha tomado el Palacio de Justicia. Lucía ahora, nos permite analizar la construcción de los hechos desde una perspectiva distinta a aquella centrada en el emprendimiento que ejercen las madres de otros desaparecidos para iniciar sus respectivas búsquedas. La obra claramente se centra en el dolor y la soledad, no hay una escena que visibilice un acto de movilización y encuentro con otras madres con hijos y familiares desaparecidos. Solamente hay una escena en la que se muestra cómo Lucía corre exasperada hacia la Plaza de Bolívar, la casa del Florero, el Cantón Norte, parque Santander, lugares que se nombran en la obra.

Tercera parte de la obra, escena cinco:

Sergio: ¿Otra vez se va para el parque Santander, doña Lucía?

Lucía: Si, Sergio. Hoy tenemos una nueva reunión las madres de los desaparecidos, y yo no puedo faltar. ¿Me acompaña?

Ahora bien, es importante señalar quién nombra y cómo son nombradas las víctimas y los victimarios. Para comenzar específicamente en la obra se señala un victimario: el Gobierno Nacional, por su parte no queda claro si la guerrilla en la obra es presentada como victimaria, su representación como tal es confusa. A su vez las víctimas sí son presentadas claramente, Lucía

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como familiar víctima y Julieta como víctima desaparecida, el hermano de la joven desaparecida no es presentado como víctima. En la obra hay una diferenciación entre los victimarios,en el transcurso de la obra se le atribuye mayor responsabilidad al Gobierno Nacional por no haber evitado la toma del Palacio de Justicia. Veamos los siguientes fragmentos.

Segunda parte de la obra, escena dos:

-Carlos: “Esta es mucha locura. Todo por culpa del Gobierno que no ha sabido manejar la situación. Mano dura y no tanto diálogo ni tanta debilidad era lo que se necesitaba”.

Tercera parte de la obra, escena uno:

-Espitia: “Lo más triste es pensar que minuto a minuto las posibilidades de encontrarla son más remotas. No sé qué están tratando de ocultar, pero se han violado todas las normas y procedimientos. Si esto se queda de este tamaño, querrá decir que el Gobierno ha legitimado la impunidad, y que nos esperan tiempos terribles”

Tercera parte de la obra, escena tres:

- Locutor: “ Graves y preocupantes interrogantes surgieron ayer al conocerse la noticia de que el procurador general de la Nación pedirá a la Cámara de Representantes juzgar al presidente Betancur por su presunta responsabilidad en los hechos relacionados con el criminal asalto al Palacio de Justicia, llevado a cabo por el M-19 en noviembre pasado. La investigación sería ampliada al ministro de Defensa, general Miguel Vega Uribe, afirmó ayer viernes la cadena radial Caracol”

En la obra el Gobierno Nacional no se asume a sí mismo como victimario, para éste el único victimario es la guerrilla.En la escena tres de la segunda parte, se transmite una información que manifiesta el contacto permanente que tiene el presidente Betancur con las autoridades militares que se encuentran al frente de las operaciones que se desarrollaron durante la toma. Se expresa que “el Gobierno no negociará con los guerrilleros” y los nombra como asaltantes.

Es importante señalar cómo el victimario en la obra nombra a sus víctimas; para las autoridades del Gobierno Nacional, en primera instancia el M-19 tiene en su poder a un grupo de personas

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(rehenes), entre ellos a las esposa del Ministro de gobierno, se menciona que los rehenes y guerrilleros en el piso cuarto son asesinados, sin embargo como lo nombra el hijo de Lucía, en la escena uno, de la tercera parte de la obra para las autoridades no hubo desaparecidos.Por otra parte es significativo señalar cómo otros actores nombran a los victimarios; en la primera parte de la obra, la iglesia colombiana denuncia la expansión de la guerrilla en el país, y afirma que el M-19 no quiso consolidar la paz. Y nombra a la guerrilla como “ellos, los que no han querido esa paz”.También se nombra al movimiento guerrillero del M-19 como bandoleros y subversivos, como unos brutos prepotentes y comunistas a continuación señaló:

Primera parte de la obra, escena cuatro:

-Carlos: “Tanto diálogo y tanta pendejada es lo que tienen a este país fregado. Plomo, bala es lo que hay que darles a esos bandoleros, como lo hizo en su tiempo mi general Rojas. Eso sí era saber para qué es el poder”

Primera parte de la obra, escena seis:

-Locutor:“Lossubversivos fueron identificados como miembros del grupo Ricardo Franco, disidentes de las Farc, que hace unas pocas semanas se aliaron con el movimiento guerrillero M- 19”

En la obra se indican nombres propios donde se específica antes de la toma del Palacio de Justicia la muerte del comandante del M-19, Iván Marino Ospina, tras la desaparición de Jaime BatemanCayón. Muerte ocasionada durante un prolongado enfrentamiento en plena zona urbana de Cali con fuerzas combinadas de policía y ejército. También se menciona que de este enfrentamiento se presume la huida de otro Comando Superior del movimiento guerrillero Pizarro Leongómez.

Sin embargo recae una mayor responsabilidad de lo ocurrido sobre el Gobierno Nacional, es así como otros personajes de la obra lo señalan como: “unos desquiciados que no van a parar hasta que quede sangre y cenizas” como se evidencia en la segunda parte de la obra en la escena cuatro. Ahora bien, en relación con las víctimas, es imprescindible señalar cómo las víctimas

47 nombran a otras víctimas, por consiguiente Lucía, se refiere a su hija como su niña, para ella Julieta no está muerta, observemos:

En la tercera parte de la obra, escena dos:

-Lucía: “Dicen que está en el Cantón Norte, dicen que vayamos por ella antes que sea demasiado tarde, dicen que necesita ropa y comida.

-Victoria: No creo que haya alguien tan cruel como para andar jugando con algo tan grave como esto.

-Lucía: ¡Ella está viva!

-Espitia: Yo pienso que nos ha faltado organización. Deberíamos formar grupos que se dedicaran a tareas específicas.

-Lucía: ¡Palabras! ¡Palabras!. Ustedes hablan mucho pero hacen poco. Cada vez que hay una llamada todos se entusiasman, todos hacen planes, pero a la hora de la verdad la única que visita los sitios soy yo.

En la tercera parte de la obra, escena trece:

-Lucía: ¡Julieta no está muerta! ¡Nunca ha estado muerta! ¡Julieta no está muerta! ¡Julieta no está muerta! ¡Julieta no está muerta!

Entre las víctimas también se encuentran los magistrados y el “personal subalterno”, denominación que el presidente de la Corte, Reyes Echandía, víctima mortal, utiliza para referirse a los demás empleados. De esta manera como no hay cese al fuego por parte del Ejército y la policía, se cumple esa amenaza; “¡Dígale que usted se va a morir!”, y ciertamente cuando se notifica que el gobierno no negociará con los guerrilleros, se les pide a éstos que se rindan y desistan de su inútil sacrificio. En la obra se señala que Lucía, adjudica el mismo grado de responsabilidad al gobierno y a la guerrilla, para ella ambos son unos asesinos.

Tercera parte de la obra, escena nueve:

-Lucía: ¡No, mi hija no! ¡Saquen a mi hija de ese infierno, asesinos! Mi niña, sáquenla de ese infierno, ¡asesinos!

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Cuando analizo cómo otros nombran a las víctimas encuentro que para los otros personajes Lucía está loca, porque es absurdo que esta mujer arriesgue su vida y tome la decisión de salir y buscar a su hija. Esta acción la identifica como una mujer que en medio de las circunstancias toma una decisión apresurada. Infiero que en la obra es la primera señal que se quiere manifestar para hacer ver que Lucía está perdiendo la cordura. Otros nombran a las víctimas como aquellos cadáveres que no aparecen, y se menciona que casualmente los únicos desaparecidos son los de la cafetería, veamos el siguiente fragmento:

Tercera parte de la obra, escena dos:

-Locutor: “Hay que concluir que la investigación es evasiva. Los autores del informe no señalan las causas de la muerte de los rehenes y guerrilleros en el piso cuarto. No hay precisión sobre la posible violación de los derechos humanos en que pudieron incurrir las fuerzas armadas, y es particularmente preocupante la forma gaseosa como la investigación trata y define el asunto de los desaparecidos. El primer grupo, lo que constituye a los empleados de la cafetería, ninguna de esas personas ha aparecido ni viva ni muerta”.

Habría que decir también, que Julieta Marín, la protagonista de ficción como es llamada por Miguel Torres, encarna a “La siempreviva Cristina Guarín” de la realidad.34 .

Porsu parte es fundamental mencionar cómo se autonombran las víctimas en la obra. Julieta se autodenomina como una abogada independiente, como una doctora, infiero que el autonombrarse como una “doctora”, devela para la víctima a alguien que tiene prestigio, un estatus, y poder. Por

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Para la Comisión de la Verdad sobre los hechos del Palacio de Justicia no existe duda alguna de que, algunos empleados de la cafetería y visitantes ocasionales fueron víctimas de desaparición forzada. Todos ellos, indiscutiblemente, salieron con vida del Palacio de justicia el 6 de Noviembre de 1985 y, hasta el momento, se desconoce su paradero. En el informe final de la Comisión de la Verdad se llevó a cabo un homenaje a la memoria de las personas desaparecidas, realizado por sus familiares. Y en el caso particular, el padre de Cristina Guarín narra que siendo una mujer de 26 años, licenciada en Historia y Geografía de la Universidad Pedagógica Nacional se preparaba mientras trabajaba temporalmente en la cafetería del Palacio de Justicia, para realizar un postgrado en Ciencias de la Educación, amante de la literatura con un gran deseo de superación. El siguiente fragmento es de un texto enviado por el hermano menor de Cristina a la Comisión de la Verdad: “Muchas preguntas me quedan aún, sólo quiero hacerte una: ¿algo quedó de aquellas tus manos? Ando buscando una falange desde hace casi un cuarto de siglo, una falange, un fragmento de tu ser, una luz de verdad. Dame señas, ya que tus victimarios parecen callar, la culpa parece no atormentarlos, tú recuerdo se evapora entre los cúmulos de polvo, cada día se habla menos de aquel holocausto, sé que he venido a este mundo a vivir este dolor tan mío, está tristeza tan de mis entrañas, quiero estar a la altura de esta demanda de justicia y verdad que exige un país no resuelto a seguir en la ignominia, regálame una seña para poder hacer este duelo”. (C, V, 2010, p. 457).

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su parte Lucía madre de la víctima desaparecida, se autonombra como una madre desesperada, y este dolor, concluyo, es el que le permite no renunciar a la búsqueda de su hija.

En la obra, en un primer momento los hechos son los que construyen la representación de la víctima y de los victimarios. Julieta la joven desaparecida y Lucía su madre, son mostradas, la primera como una mujer decidida, comprometida, responsable que no pierde de vista sus objetivos, parece tener su vida resuelta, se gradúa como abogada, sabía que después de lograr obtener su título, tendría un trabajo seguro, Julieta considera que a ella no le pasara nada. Después de su desaparición su familia asegura que no tuvo nexos con la guerrilla, para ellos solo era una joven soñadora, y trabajadora. Lucía, por su parte no deja de emprender la búsqueda de su hija, tras la toma del Palacio de Justicia, hasta el final de la obra asegura que su hija está viva. Las víctimas (Julieta-Lucía) y los otros personajes de la obra, representan a esa Colombia que se indigna, que busca responsables, y como lo enuncia el escritor de la obra Miguel Torres en el guión: “el verdadero realismo descubre que sí existen los fantasmas: que decir la verdad sobre Colombia es decir la verdad sobre sus muertos”(Torres,M,2010,p.9).

Los personajes son quienes a partir del anuncio de la toma del Palacio de Justicia, comienzan a prestar atención sobre lo que está pasando en el país y es a través de este reconocimiento que sienten y viven el horror de la toma en carne propia. En la primera parte de la obra, se escuchan los primeros avisos acerca de la reanudación de los diálogos de paz entre el M-19 y el Gobierno Nacional, pero son las noticias del encuentro deportivo entre los equipos de Santafé y Millonarios los que se roban la atención de los personajes. Posteriormente, en la segunda parte de la obra se enuncia la toma del Palacio de Justicia, se señala la responsabilidad del gobierno por no detener “esa masacre” como es denominada la Toma del Palacio, y en esa medida hay un cuestionamiento por parte de la madre de Julieta, quien ahora se pregunta qué está pasando, hay preocupación por saber cuál es el paradero de su hija. Los otros personajes no dejan de buscar responsables.

Las noticias transmitidas en el momento de la toma, permiten evidenciar cómo el M-19 se atribuye a sí mismo como “el que reivindica”, se informa que el movimiento 19 de Abril, entrega una cinta a RCN, en donde llaman a la operación: Antonio Nariño, y dicen que lo hacen en

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nombre de la paz y la justicia social. Por otra parte, dentro de las noticias que se narran en la obra se señala la intranquilidad que tiene el presidente de la Corte Suprema de Justicia, víctima mortal en la toma, para que se le haga llegar al Presidente de la República su mensaje el cual es: “que dé la orden de cese al fuego”, sin embargo no hay cese al fuego, solo un No, que reafirma por parte del gobierno su desinterés para negociar con la guerrilla.

En la segunda parte de la obra hay otra noticia que despierta más desasosiego en el país, la avalancha en Armero:“Armero desapareció del mapa” y es una noticia que no se puede perder de vista porque llega a tomar más revuelo entre la población colombiana por las cifras alarmantes que se comienzan a trasmitir: “Un aluvión gigantesco, que nació en las faldas del volcán Nevado del Ruíz, se desprendió hacia las cuencas de varios ríos de Caldas y el Tolima sepultando a unas veinticinco mil personas, arrasando la economía de una vasta región y dejando millares de colombianos en la más completa miseria”. En la tercera parte de la obra, se reanudan las noticias sobre la toma, pero ahora se concluye que la investigación es evasiva, que efectivamente ninguna de las personas que trabajaban en la cafetería del Palacio de Justicia ha aparecido ni viva ni muerta, y algo fundamental para mencionar es que en una de las transmisiones se informa que no hay precisión sobre la posible violación de los derechos humanos en que pudieron incurrir las Fuerzas Armadas, pero se presume necesario juzgar al presidente Betancur por su conjetural responsabilidad en los hechos.

En cuanto a la representación de la víctima, se menciona que después de algunos meses Lucía, en su lucha incansable por encontrar a su hija, es consciente de que finalmente la justicia no se paga con dinero, porque de esta manera la muerte de muchas personas puede quedar impune.En la obra solo se apela a un pasado íntimo familiar, no hay referencias a un pasado social o político. Al inicio de la obra se describe la escenografía donde se establece que la acción tiene lugar entre junio de 1985 y octubre de 1986, y se determina que el transcurrir de la obra es continuo de principio a fin. Sin embargo, cabe señalar que Lucía, tras haber transcurrido seis meses de la toma del Palacio de Justicia, evoca desde su presente lo sucedido.

A su vez se visibiliza la añoranza de Lucía por revivir ese tiempo que fue mejor y feliz cuando