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El sentido de las circunstancias. El debate sobre la deixis en la semántica filosófica de Gottlob Frege

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Academic year: 2017

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Bogotá, D.C., 28 de febrero de 2011

Tesis doctoral Trabajo de Grado

Señores

BIBLIOTECA GENERAL Cuidad

Estimados Señores:

El suscrito ÁNGELA ROCÍO BEJARANO CHAVES, con C.C. No. 52.884.788 de Bogotá, autor del trabajo de grado titulado EL SENTIDO DE LAS CIRCUNSTANCIAS. EL DEBATE SOBRE LA DEIXIS EN LA SEMÁNTICA FILOSÓFICA DE GOTTLOB FREGE, presentado y aprobado en el año 2011 como requisito para optar al título de filósofa; autorizo (amos) a la Biblioteca General de la Universidad Javeriana para que con fines académicos, muestre al mundo la producción intelectual de la Universidad Javeriana, a través de la visibilidad de su contenido de la siguiente manera:

 Los usuarios puedan consultar el contenido de este trabajo de grado en Biblos, en los sitios web que administra la Universidad, en Bases de Datos, en otros Catálogos y en otros sitios web, Redes y Sistemas de Información nacionales e internacionales “Open

Access” y en las redes de información del país y del exterior, con las cuales tenga convenio la Universidad Javeriana.

 Permita la consulta, la reproducción, a los usuarios interesados en el contenido de este trabajo, para todos los usos que tengan finalidad académica, ya sea en formato CD-ROM o digital desde Internet, Intranet, etc., y en general para cualquier formato conocido o por conocer.

 Continúo conservando los correspondientes derechos sin modificación o restricción alguna; puesto que de acuerdo con la legislación colombiana aplicable, el presente es un acuerdo jurídico que en ningún caso conlleva la enajenación del derecho de autor y sus conexos.

De conformidad con lo establecido en el artículo 30 de la Ley 23 de 1982 y el artículo 11 de la Decisión Andina 351 de 1993, “Los derechos morales sobre el trabajo son

propiedad de los autores”, los cuales son irrenunciables, imprescriptibles, inembargables e inalienables.

Ángela Rocío Bejarano Chaves C.C. 52.884.788 de Bogotá

NOTA IMPORTANTE: El autor y o autores certifican que conocen las derivadas jurídicas que se generan en aplicación de los principios del derecho de autor.

C. C. FACULTAD DE FILOSOFÍA, CARRERA DE FILOSOFÍA.

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FORMULARIO DE LA DESCRIPCIÓN DEL TRABAJO DE GRADO

TÍTULO COMPLETO DEL TRABAJO DE GRADO: EL SENTIDO DE LAS CIRCUNSTANCIAS. EL DEBATE SOBRE LA DEIXIS EN LA SEMÁNTICA FILOSÓFICA DE GOTTLOB FREGE.

AUTOR O AUTORES

Apellidos Completos Nombres Completos

BEJARANO CHAVES ÁNGELA ROCÍO

DIRECTOR (ES) TESIS DOCTORAL O DEL TRABAJO DE GRADO

Apellidos Completos Nombres Completos

PÉREZ JIMÉNEZ MIGUEL ÁNGEL

TRABAJO PARA OPTAR AL TÍTULO DE: FILÓSOFA

FACULTAD: FILOSOFÍA

PROGRAMA: Carrera _X_ Licenciatura ___ Especialización ____ Maestría ____ Doctorado ____

NOMBRE DEL PROGRAMA: FILOSOFÍA

NOMBRES Y APELLIDOS DEL DIRECTOR DEL PROGRAMA: MARÍA CRISTINA CONFORTI

CIUDAD: BOGOTA AÑO DE PRESENTACIÓN DEL TRABAJO DE GRADO: 2011

NÚMERO DE PÁGINAS: 87

TIPO DE ILUSTRACIONES: - Ilustraciones

- Mapas - Retratos

- Tablas, gráficos y diagramas - Planos

- Láminas - Fotografías

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MATERIAL ANEXO (Vídeo, audio, multimedia o producción electrónica): Duración del audiovisual: ___________ minutos.

Número de casetes de vídeo: ______ Formato: VHS ___ Beta Max ___ ¾ ___ Beta Cam ____ Mini DV ____ DV Cam ____ DVC Pro ____ Vídeo 8 ____ Hi 8 ____

Otro. Cual? _____

Sistema: Americano NTSC ______ Europeo PAL _____ SECAM ______

Número de casetes de audio: ________________

Número de archivos dentro del CD (En caso de incluirse un CD-ROM diferente al trabajo de grado): _________________________________________________________________________

DESCRIPTORES O PALABRAS CLAVES:

ESPAÑOL INGLÉS

Frege Frege

Deícticos Indexicals

Perry Perry

Evans Evans

Significado Mean

Semántica Semantics

RESUMEN:

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deícticos. Lo anterior, dado que Evans introduce, en sus argumentos, nociones distintas a las propuestas por Frege. De ahí que no logre salvarlo de la crítica de Perry.

Sin embargo, sostenemos que Frege no necesita ser salvado de tal crítica. En su semántica no hay lugar para el significado circunstancial de los deícticos. El proyecto fregeano no busca explicar el significado de tales términos, tampoco el significado en el lenguaje natural, en general. El interés de Frege no está en las verdades circunstanciales, está en las verdades universales y necesarias. Por eso el debate sobre el sentido de la circunstancias es un gran malentendido que no hace justicia al pensamiento del propio Frege.

ABSTRACT:

This piece takes a turn towards the debate between John Perry and Gareth Evans in regards to the consideration of Gottlob Frege's semantics as a proposal to further explain the meaning of indexicals. In Perry's opinion, the fregean semantics is inadequate for explaining the meaning of said terms. In Evans' opinion, said semantics is the most adequate and proper way to identify them. In this work we present the different arguments of the debate, and we offer a lecture about said debate. With this, we propose our thesis: Evans does not succeed in demonstrating that Frege's semantics are adequate for denoting the meaning of indexicals. This, according to what Evans introduces in his arguments, are notions different to those proposed by Frege. From there we could not save him from Perry's critiques.

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El sentido de las circunstancias.

El debate sobre la deixis en la semántica filosófica de

Gottlob Frege

Trabajo de grado presentado para optar al título de Filósofa Ángela Rocío Bejarano Chaves

Carrera de Filosofía Facultad de Filosofía Pontificia Universidad Javeriana

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El sentido de las circunstancias.

El debate sobre la deixis en la semántica filosófica de

Gottlob Frege

Trabajo de grado presentado para optar al título de Filósofa

Director: Miguel Ángel Pérez Jiménez Estudiante: Ángela Rocío Bejarano Chaves

Carrera de Filosofía Facultad de Filosofía Pontificia Universidad Javeriana

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Contenidos

Carta del director del trabajo 6

Agradecimientos 7

Introducción

Deixis: el fenómeno lingüístico 8

1. Definiciones de la deixis 9

2. Tipos de deixis 11

2.1. La división gramatical 11

2.2. La división ostensiva/textual 15 2.3. La división oscuro/transparente 16 2.4. La división esencial/no esencial 17 3. El problema: una semántica para los deícticos 18

Primer Capítulo

La carencia de sentido de lo circunstancial. Consideraciones fregeanas

sobre la deixis 20

1. La semántica fregeana en tres tesis 21 1.1. La semántica es homogénea 21 1.2. El sentido es distinto a la referencia y a la representación 24

1.2.1. La referencia 25

1.2.2. El sentido 27

1.2.3. La representación 32

1.3. El sentido ilumina la referencia 34 2. Las consideraciones fregeanas sobre la deixis 36 2.1. Sobre los deícticos esenciales en general 37

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4 Segundo Capítulo

La imposibilidad de la deixis en la semántica homogénea de Gottlob Frege 45 Los deícticos esenciales en general: las críticas de John Perry 45

1.1. Primer argumento. Si el sentido es una regla,

los deícticos no tienen sentido 46

1.2. Segundo argumento. Si el sentido es una descripción definida,

los deícticos no tienen sentido 48

1.3. Tercer argumento. Si los sentidos completan,

los deícticos no tienen sentido 50 2. Sobre el deíctico esencial 'yo' en particular : las críticas de John Perry 52 2.1. Primer argumento. No todos los pensamientos son objetivos 52

2.2. Segundo argumento. Una oración que tenga deícticos

no expresa un pensamiento 54

Tercer Capítulo

Salvando a Frege de Perry. Gareth Evans y la deixis 57 1. Evans y los deícticos esenciales en general 57

1.1. Primera objeción. Los deícticos sí tienen sentido,

el sentido no es una regla 57

1.2. Segunda objeción. Los deícticos sí tienen sentido,

el sentido no es una descripción 59

1.3. Tercera objeción. Los deícticos sí tienen sentido,

el sentido sí completa 61

2. Evans y el deíctico esencial „yo‟ en particular 63

2.1. Primera objeción. Todos los pensamientos son objetivos 63

2.2. Segunda objeción. Una oración que tenga deícticos

sí expresa un pensamiento 65

Cuarto Capítulo

El sentido de las circunstancias. El debate y sus conclusiones 68

1. Conclusiones particulares 68

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1.1.1. Las posiciones frente a Dummett 68

1.1.2. Dos lecturas de la noción de sentido 71

1.1.3. La forma del pensamiento 72

1.2. Sobre el debate en torno al deíctico esencial „yo‟ en particular 74

1.2.1. La objetividad 74

1.2.2. Oraciones que contienen deícticos 76

2. Consideraciones generales sobre el debate 77

Bibliografía 84

1. Fuentes del debate 84

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6 Bogotá, 16 de diciembre de 2010

Profesor Alfonso Flórez, Decano Académico Facultad de Filosofía

Pontificia Universidad Javeriana

Respetado profesor Flórez:

Por medio de la presente tengo el gusto de poner a consideración de la Facultad el trabajo de grado titulado El sentido de las circunstancias. El debate sobre la deixis en la semántica filosófica de Gottlob Frege, de la estudiante Ángela Rocío Bejarano Chaves, presentado como requisito parcial para optar al título de Filósofa.

Ángela Rocío ha realizado un trabajo serio y responsable sobre el difícil tema de la deixis. Su investigación asumió la polémica como metodología, lo que le permitió recorrer el problema desde orientaciones diversas, contribuyéndole a asumir un abordaje crítico muy bien documentado, cuyo resultado es una tesis de muy buena calidad y mucha actualidad.

Por otra parte, hay que mencionar que la estudiante desarrolló su proceso de investigación con un profundo compromiso. Esto se refleja en un documento de estupenda calidad teórica, en el que queda claro que Ángela Rocío tiene las condiciones y competencias propias de un excelente pregrado en filosofía.

Por las razones expuestas considero que el trabajo cumple a cabalidad y con excelencia todos los requisitos establecidos por la Facultad para estos casos. En consecuencia, lo pongo a su disposición para que sea sometido a evaluación y, si es el caso, la estudiante sea convocada a la defensa pública del mismo.

Agradezco su atención.

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Agradecimientos

Escribir este trabajo de grado ha sido la mejor experiencia de mi carrera. No solo por la pasión que me despertó, sino por los esfuerzos que requirió. No fue fácil, pero las mejores cosas de la vida son las que más cuestan. Por eso quiero agradecer a todas las personas que hicieron posible este trabajo.

En primer lugar, a mis amorosos padres, Alma Rosa y Luis Eduardo, que siempre me apoyaron en la iniciativa de estudiar filosofía, y que me acompañaron mientras hacía este trabajo. A mis hermanos, Óscar y Lyda, por cada palabra de ánimo, y por apoyar mis sueños. A mi gran amiga Jessica, no sólo por la portada de este trabajo, sino por tanto que ha aportado en mi vida.

Agradezco a mis maestros, Luis Eduardo Suárez y Miguel Ángel Pérez, por compartir conmigo un poco de su vasto conocimiento, y por inspirar mi trabajo. También por mostrarme la relevancia de estudiar a Frege, y a todos aquellos que se inscriben en eso tan bello llamado filosofía analítica.

También agradezco al grupo de investigación De Interpretatione por enriquecer considerablemente este trabajo.

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Introducción.

Deixis. El fenómeno lingüístico

[L]os nombres son representaciones de personas y objetos, los representan; los deícticos presentan a las personas, a los objetos, los muestran. [Olza 2007, 5]

El objetivo de este trabajo es dar cuenta del debate entre Perry y Evans acerca de la consideración de una semántica fregeana para los deícticos. Para el primero, el significado de dichos términos no tiene lugar en la semántica de Frege. Para el segundo, no sólo sí tiene lugar, sino que esa es la semántica adecuada para explicar tal significado.

Dado que el debate versa sobre un fenómeno lingüístico, hemos decidido introducir la cuestión de la deixis desde las consideraciones lingüísticas que ésta suscita. Para después preguntarnos por su semántica, y por el debate que surge a partir de la consideración de la semántica de Frege como una propuesta para dar cuenta del significado de los deícticos. Antes de exponer uno a uno los argumentos de Perry y las respectivas objeciones de Evans, presentaremos la propuesta semántica de Frege por medio de tres tesis que, a nuestro parecer, la estructuran. Posteriormente veremos las consideraciones fregeanas sobre la deixis. Solo después entraremos al detalle en el debate, y presentaremos nuestras conclusiones sobre éste. La tesis que mantenemos en este trabajo, y que exponemos en las conclusiones, es que la semántica de Frege, tal y como está, no puede dar cuenta del significado de los deícticos. Las objeciones de Evans, en nuestra opinión, no logran refutar nuestra tesis. Pero de ello no se sigue que Perry sea el triunfador del debate. Aunque sus críticas estén muy bien formuladas, están basadas en un supuesto que Frege nunca admitiría, a saber, que los deícticos tienen cabida en su propuesta semántica. El debate, visto así, es trivial. La semántica fregeana, de entrada, no es una semántica para deícticos.

Veamos, ahora, y para empezar, la deixis como un fenómeno lingüístico.

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1.

Definiciones de la deixis

“δa palabra ί ς (deixis en griego) es un sustantivo emparentado con el verbo ί υ , que significa 'mostrar', 'ostentar' […] 'apuntar' 'señalar'…” (Olza 2007, 40). La deixis es la propiedad que tienen algunas expresiones para mostrar, ostentar o señalar aquello que denotan (Olza 2007, 46). El conjunto de todas las expresiones, elementos y unidades que tienen dicha propiedad es el conjunto de las categorías deícticas. Los deícticos son las expresiones que pertenecen a ese conjunto (RAE 2009, 17.1a). Por lo tanto, muestran, señalan u ostentan aquello que denotan. Ejemplos de deícticos son: 'hoy', 'ayer', 'yo', 'tu', 'este', 'ese', 'ahora', 'aquí'.

Para referirse a los deícticos, se han usado palabras como 'indiciales' y 'demostrativos'. La primera es la traducción al castellano de Indexicals, es derivada del término index, índice, y fue acuñada por Peirce en 1902. La segunda ha sido ampliamente usada para referirse a los deícticos, pero tal uso puede llevar a confusiones. Los demostrativos forman parte de las categorías deícticas, pero no todo deíctico es un demostrativo (RAE 2009, 17.1a), como veremos más adelante. Por su parte, la palabra 'deíctico' debe su uso moderno a Karl Bühler, que en 1934 propuso una teoría sobre el campo deíctico del lenguaje (Olza 2007). En este trabajo, y evitando imprecisiones, usaremos la palabra 'deícticos' para referirnos a las expresiones que tienen la propiedad de la deixis.

Distinto a los nombres propios, (ej. 'Gottlob'); nombres de especies (ej. 'tigre'); y términos de masa (ej. 'agua'), los deícticos suelen referir in praesentia1. Aquello que el deíctico denota suele estar en el campo perceptual del hablante (Wilson et al 1999, 396), ya que éste, al usar el deíctico, se vale de los rasgos contextuales para referir a determinados objetos, lugares o

personas. Por eso, los deícticos denotan “significados que dependen de la localización

tempoespacial de los interlocutores” (RAE 2009, 1ι.1a). Si alguien, en una librería, le dice al

1 Los deícticos también pueden referir in absentia. En tales casos, aquello que denotan los deícticos, no está en

presencia del hablante (ej. 'ese hombre', usado en el enunciado 'ese hombre que vimos ayer'). En estos casos es necesario recurrir a la distinción entre el contexto de proferencia y el contexto al que se refieren los enunciados (Wilson et al 1999, 396). Un caso similar es el famoso ejemplo de Recanati, en el que un hablante graba en su

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librero 'no quiero ese libro, quiero éste' y señala uno de los libros de la vitrina, se identifica el libro por la proximidad que tiene con el hablante, por su localización. Al señalar el libro, el

hablante lo distingue de los demás, “lo que pone de manifiesto que la significación mostrativa

está a menudo asociada con el valor discriminativo u opositivo” (RAE 2009, 1ι.1a). Algunos

deícticos deben estar acompañados de un gesto o ademán que ayude a identificar el referente por medio de la mostración gestual (RAE 2009, 17.1.e).

Los deícticos son términos cuyo significado está determinado por la relación espacio-temporal que tienen con el hablante. Por eso lo denotado por dichos términos varía de acuerdo a los aspectos contextuales2 en los que tienen lugar las proferencias (López 2004, 15). De ahí que un mismo deíctico pueda significar objetos, lugares o personas distintas, si es usado en contextos distintos (López 2004, 9). Por eso la deixis es un tipo de ambigüedad lingüística, ya que el mismo deíctico puede tener distintos significados (Bach 1998, 277). 'Hoy', por ejemplo, proferido en días distintos, significa, en cada proferencia, el día en que el término es proferido; 'aquí' significa el lugar en el que sucede la proferencia y 'ahora' el momento. Por su parte, el significado del deíctico 'yo' no varía para distintas proferencias de un mismo hablante, pero sí varía de un hablante a otro.

δos deícticos son expresiones que “aluden al mundo en que hablamos, al mundo desde el que hablamos” (Olza 200ι, 22), en tanto señalan u ostentan objetos, personas y lugares de ese mundo, en diversas situaciones particulares. De ahí que la referencia de tales expresiones sea

ocasional, y esté “en función de la situación espacial o temporal de los interlocutores” (RAE

2009, 17.1b), ya que puede variar tanto como pueden variar las ocasiones y los lugares en los que los deícticos sean usados (Deutsch 1998, 2068).

Tales términos nunca son generales o universales. Se excluyen las palabras cuantificadoras3, los pronombres interrogativos e indefinidos, así como los términos de masa (Olza 2007, 23).

2 El término 'contexto' aquí, se usa siguiendo la caracterización del término elaborada y seguida por Kaplan (Cfr.

Kaplan 1989, 170ss.). El contexto es la situación de emisión caracterizada por el conjunto de coordenadas espacio-temporales en las que se lleva a cabo el acto comunicativo. Incluye rasgos como el hablante, el oyente, el tiempo y el lugar. Más adelante, usaremos el término 'circunstancia', para referirnos a esos rasgos.

3 Olza sostiene que los términos 'todo', 'alguno', 'alguien', 'tanto' y 'tan' no pertenecen a las categorías deícticas

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11

Los deícticos refieren a personas, lugares, objetos o tiempos particulares. Las categorías deícticas agrupan términos de distintas categorías gramaticales. Hemos encontrado diversas clasificaciones y caracterizaciones. En el siguiente aparte intentaremos presentar algunas de ellas, haciendo uso de las clasificaciones propuestas por distintos autores, para terminar delimitando los deícticos que trataremos en este trabajo.

2.

Tipos de deixis

Aunque hay distintas clasificaciones de los términos que componen las categorías deícticas, intentaremos recoger las más importantes por medio de cuatro divisiones. Caracterizaremos cada una, para, posteriormente, delimitar nuestra área de trabajo.

2.1. La división gramatical4

Los deícticos pueden dividirse en cinco grupos distintos, de acuerdo al tipo de información semántica que encierran (RAE 2009, 17.1j). Cada uno de esos grupos representa un tipo particular de deixis. Veamos.

El primer grupo es el personal, y abarca pronombres personales (ej. 'yo', 'tú', 'él', 'ella', 'nosotros'); pronombres posesivos (ej. 'su', 'mi', 'tu', 'nuestra')5; y flexión verbal de persona (ej. 'llegamos tarde', 'dámelo', 'pen que sí').6

4 La clasificación propuesta por la Nueva Gramática de la Lengua española (RAE 2009, 17.1), es equiparable a

las propuestas por The Mit Encyclopedia of the cognitive sciences (Wilson et al 1999, 396), Cambridge Dictionary of Philosophy (Audi et al 1999, 456), Routledge Encyclopedia of Philosophy (Bach y Deutsch 1998,

277-9, 2068-71), y a las de los textos de Helena López Palma (2004) y Jesús Olza (2007). Por eso, tomaremos la clasificación de la Gramática de la lengua española, y la enriqueceremos con los matices y aportes tomados de

las otras referencias.

5 Los posesivos en primera y segunda persona son siempre deícticos, el posesivo en tercera persona es deíctico

indirectamente. La deixis es una propiedad que se caracteriza por estar en función de los participantes (primer y segunda persona) en un acto comunicativo. La tercera persona, entonces, puede asimilarse a los participantes en el acto, y cumplir un rol deíctico sólo indirectamente (RAE 2009, 17.1k). Tanto el pronombre como el posesivo en tercera persona aparecerán en lo que más adelante llamaremos deixis fórica.

6 Ni en la clasificación de The Mit Encyclopedia of the cognitive sciences (Wilson et al 1999, 396), ni en Cambridge Dictionary of Philosophy (Audi et al 1999, 456) se reconocen las flexiones verbales de persona ni los

posesivos como parte integral de este grupo. Helena López (2004), por su parte, reconoce el papel deíctico de algunos verbos e incluye dentro del grupo a los posesivos. La Routledge Encyclopedia of Philosophy (Deutsch

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12

La particularidad de este tipo de deixis, y lo que la distingue de las otras, es que los términos que la poseen, como propiedad, refieren siempre a personas (RAE 2009, 17.1k). Una consideración que nos será útil en este trabajo, y que caracteriza a este grupo, es que la información semántica de los pronombres personales y de los posesivos, ambos en primera persona, no varía para las distintas proferencias de un mismo hablante. La referencia es la misma, aunque las condiciones contextuales sean diversas (Deutsch 1998, 2068). Al contrario, las referencias de los demás términos o unidades admitidas en este grupo, varían en tanto cambien los contextos de proferencia. Por ejemplo, si Bertha profiere el enunciado 'yo tengo frío', el deíctico 'yo' la designa a ella, y la designará siempre que ella use el término, así lo haga en distintas ocasiones y enunciados. No obstante, si Antonio profiere el enunciado 'yo tengo frío', el deíctico no referirá a Bertha, sino a él. Por otra parte, si Bertha profiere el enunciado 'tú tienes frío', el deíctico 'tú' referirá al oyente, al que Bertha señala. Sin embargo, el mismo enunciado puede ser usado en otro contexto, y en éste puede referir a cualquier otra persona, pese a que sea la misma Bertha la que lo profiera.

El segundo grupo es el temporal y está compuesto por adverbios locativos (ej. hoy, ayer, ahora); flexiones verbales de tiempo (ej. 'llegamos', 'estuve', 'comerá'); un adverbio demostrativo ('entonces'); adjetivos temporales (ej. 'pasado', 'próximo', 'reciente', 'nuevo', 'actual', 'último', 'anterior'); e incluso algunos grupos nominales (ej. el lunes llegué tarde, el viernes saldré)7.8

A este grupo de deícticos se le atribuye la propiedad de la deixis de tiempo (RAE 2009, 17.1l). Es decir, que el valor semántico de aquellos depende siempre del tiempo en el que sean proferidos. Aunque se haga referencia a un tiempo distinto del de la emisión, con ellos, el tiempo de partida siempre será el de la proferencia, el contextual, y con éste se hará referencia a un punto temporal de la línea «pasado-presente-futuro», por eso dicho tiempo es tan relevante como el tiempo distinto al que se refiera el deíctico (RAE 2009, 17.1l). Este grupo

7 Las expresiones referenciales construidas con grupos nominales como los días de la semana o los meses del

año, pueden contar con voz deíctica, ya que pueden tener, en la oración, un valor prospectivo o retrospectivo de acuerdo al momento en que la oración sea proferida.

8 Los adverbios demostrativos, adjetivos y flexiones verbales de tiempo, no suelen encontrarse fácilmente en la

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de deícticos contiene información temporal relevante para determinar su significado y el de la oración que los contiene.

Un ejemplo común de un enunciado que contenga deícticos temporales es 'hoy es un buen día'. En ese caso el deíctico 'hoy' designa al día en el que es usado el término, el día de la proferencia. Pero, como anunciábamos en el párrafo anterior, también puede darse el caso de que el contexto de proferencia de un enunciado que contenga un deíctico temporal sea uno, mientras que el contexto sobre el que versa dicho enunciado sea otro. Por ejemplo, el

enunciado 'ayer me dijiste “hoy te pago” y hasta el sol de hoy no he recibido un peso', es un

caso de este último tipo. En la primera ocurrencia el deíctico 'hoy' designa el día anterior al día de la proferencia del enunciado entero. Designa el día en que el deudor prometió pagar su deuda. Mientras que en la segunda ocurrencia el deíctico designa el día en que se profiere el enunciado.

El tercer grupo es el locativo. En él encontramos adverbios demostrativos (ej. 'aquí', 'allá', 'ahí', 'acá'); pronombres demostrativos (ej. 'esto', 'eso', 'esta', 'esa', 'este'); determinantes demostrativos9 (ej. 'este libro', 'esta finca'); adjetivos con valor espacial (ej. 'superior'10, 'oriental'); y algunos grupos sintácticos tanto adverbiales como proposicionales (ej. 'adelante', 'más arriba', 'a la izquierda').11

Dentro de este grupo es relevante resaltar los demostrativos, no sólo porque han recibido más atención que muchos de los otros términos, sino porque se distinguen de ellos. El significado del demostrativo, bien sea pronombre o determinante, está basado en la percepción. Requiere, para determinar su referente, una mostración o señalamiento asociado al término. El demostrativo hace referencia a aquello que demuestra la mostración, a su demonstratum (Kaplan 1977, 77). El mero término es insuficiente para referir a su referente, es necesaria una demostración que lo acompañe. Veamos un ejemplo.

9 Como es notable, los demostrativos sólo son una pequeña parte del conjunto de elementos y términos que

componen las categorías deícticas. Sin embargo, este pequeño grupo ha merecido más atención que muchos de los otros, y como veremos, se distingue de ellos.

10 El adjetivo 'superior' puede o no tener voz deíctica. Es necesario tener en cuenta la oración en la que aparece

para reconocer si se ubica, en ese caso, en el grupo de los deícticos

11 Hay algunos verbos que tienen información deíctica, pero ellos mismos no pueden llamarse deícticos (RAE

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14

Si un hombre, en una tienda, le dice al tendero 'quiero esas galletas' lo más probable es que el tendero se incline hacia la vitrina y le pregunte cuáles galletas quiere. Las meras palabras no bastan para que el tendero las identifique. En cambio, si el mismo hombre dice 'quiero esas galletas' y las señala con su dedo, el tendero tendrá más pistas para identificarlas. Pero puede equivocarse, y tomar las galletas incorrectas. El comprador podría decirle al tendero 'esas no, las de arriba'. La expresión 'las de arriba', así como 'esas', tiene valor deíctico, apela a los rasgos contextuales para determinar su significado. El tendero identifica las galletas.

El cuarto grupo es el cuantitativo12 y en él encontramos al cuantificador 'tanto' y a sus derivaciones morfológicas 'tan', 'tanta' y 'tantos', que indican cantidades específicas y particulares de algo (RAE 2009, 17.1r). Un ejemplo de estos casos es: 'no me sirvas tanto

arroz'. El cuantificador 'tanto' refiere a una cantidad de arroz que el hablante ve sobre el plato, en un determinado momento.

El quinto y último grupo es el modal. En él encontramos al adverbio 'así', parafraseable por el determinante demostrativo 'de esta manera' (RAE 2009, 17.1r). Dicho adverbio tiene valor deíctico ya que su referente está determinado por la situación contextual en el que sea proferido. Por ejemplo, si un estudiante dice a otro 'no te comportes así en la biblioteca', el significado del deíctico 'así' está determinado por la forma en la que el segundo estudiante se está comportando en un momento y lugar determinado. Si el primer estudiante profiere el mismo enunciado en otro momento y lugar, el referente del deíctico variará.

Los cinco grupos que hemos enumerado, con anterioridad, abarcan todos los deícticos que reconocemos en el lenguaje natural, aunque sean diversos en sus categorías gramaticales. Las divisiones que sugeriremos ahora no los abarcan a todos, y además están planteadas desde una sola perspectiva. Sin embargo, nos permiten ir delimitando los deícticos que tendremos en cuenta en este trabajo. Veamos.

12 Ni este grupo ni el siguiente aparecerán en enciclopedias ni diccionarios de filosofía. Tampoco en algunos

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15 2.2. La división ostensiva/textual13

La división ostensiva/textual es la misma división deixis/anáfora que aparece desde los gramáticos griegos. La primera, deixis, representa un conocimiento primero, porque hace referencia directa a algo presente. La segunda, anáfora, representa un conocimiento segundo, y hace referencia a algo que no está presente ante los sentidos, pero que está presente en el texto, por eso se le conoce como deixis textual (Olza 2007, 89).

La deixis ostensiva está siempre acompañada por la presencia física de lo que se señala o apunta (RAE 2009, 17.1e). Los demostrativos, por su parte, no sólo requieren esa presencia física, sino un gesto o demostración que indique o resalte el referente14 (Kaplan 1977, 79). La deixis ostensiva es la propiedad que tienen todos los términos o elementos analizados en la primera división que presentamos, al menos en su uso común. Sin embargo, algunos de esos términos, también poseen, en algunos casos, la propiedad de la deixis textual. En ésta los términos no hacen referencia a algo extralingüístico. Su referente es tomado de un grupo nominal que está en el mismo texto o discurso. El contexto que determina el significado del término, es un contexto lingüístico. A esta forma de referir, también se le denomina referencia

fórica (RAE 2009, 17.1g), y se divide en anáfora y catáfora.

En la primera, anáfora, el significado o contenido del deíctico depende de otro término que ya había aparecido en el discurso, y que por ello lo antecede, el antecedente anafórico (Pérez et al 2009, 59) (ej. 'Alma se fue a la finca, porque ella quería descansar'). En la segunda, catáfora, el significado o contenido del deíctico depende de otros términos que se van a decir en el discurso o en el texto, y que por ello se sitúan tras el deíctico, son su consecuente ('Habría que decir esto: el arte es la victoria'). La anáfora y la catáfora son tipos abstractos de deixis, en los que el texto se entiende como un espacio abstracto, como un contexto.

13 La deixis ostensiva también ha sido llamada ad oculos (Olza 2007, 89) o deixis sensible (RAE 2009, 17.1f), y

ha tenido, por antonomasia, el título de deixis. Aunque hay otro tipo de deixis, distinta a aquella, a saber, la deixis

ad phantasma, en la que los términos o unidades deícticas que caen bajo ella refieren a un mundo fantástico o de

la imaginación. En este trabajo no profundizaremos en ella.

14 No sólo los que mencionamos en la división anterior, a saber pronombres y determinantes, componen el

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16

Pueden tener usos fóricos los demostrativos, algunos pronombres e incluso algunos adverbios. En cuyos casos se usarán según la deixis textual, aunque en otros casos se usen de acuerdo a la deixis ostensiva.

Dejando de lado la deixis textual, tomaremos en cuenta únicamente la deixis ostensiva, y con ella propondremos la siguiente división.

2.3. La división oscuro/transparente15

Los deícticos que requieren un gesto o mostración asociada para determinar su referente son deícticos oscuros (ej. 'él', 'este', 'aquí'16, 'así'). Los que determinan su referente sin necesidad de una demostración o gesto asociado, son deícticos transparentes (Kaplan 1977, 76ss.)17 (Ej. 'yo', 'tu'18, 'hoy', 'ahora', 'ayer', 'mañana' 'aquí').

Es necesario aclarar, que en ambos tipos de deícticos es necesaria la presencia física del referente19, solo que en uno un gesto o mostración debe acompañar la enunciación y en el otro no. Los primeros, oscuros, necesitan información gestual para determinar su referente, son por eso oscuros, ambiguos20. Los segundos, transparentes, apuntan por sí mismos a las entidades referidas, son inequívocos (RAE 2009, 17.1f), y si un gesto los acompaña es por énfasis, más no es necesario (Kaplan 1977, 78). El ejemplo más conocido de esta última categoría es el

15 También se han usado términos como opaco y puro, para referirse a esta división (Cfr. Kaplan 1977, 79; Olza

2007, 50; López 2004, 17).

16 Hay un debate en torno al deíctico 'aquí'. Por una parte, Perry afirma que dicho deíctico es transparente, y no

requiere un gesto adicional a su proferencia (Cfr. Perry 1979). Olza, por su parte, sostiene que el deíctico puede ser oscuro y en ocasiones puede requerir de dicho gesto (Olza 2007). Por ejemplo, si alguien dice 'párate aquí, por favor' debe hacer un gesto que indique el lugar en el que debe pararse la persona a la que se dirige la orden. Por otro lado, Recanati ha defendido que el deíctico 'aquí' más que un indicial es un intencional, y su significado depende de la intención que tenga el hablante al proferirlo (Cfr. Recanati 2001). En este trabajo no ahondaremos en dicho debate.

17δa distinción, para Kaplan, se da entre lo que el llama “indiciales puros” e “indiciales demostrativos” El

referente del primero, puro, está determinada por el contexto, el del segundo, demostrativo, por el gesto o demostración asociada (Kaplan 1977, 76ss.).

18 Olza afirma que el caso del deíctico 'tu' es problemático, porque sí puede necesitar un gesto o demostración, si

hay más de un posible referente en el contexto (Olza 2007, 50-51). López no lo reconoce como deíctico transparente, tampoco a 'ahora' (Cfr. López 2004, 16).

19 A menos que se trate de deixis textual, ad phantasma o en ausencia. Las dos primeras ya las hemos

mencionado, y dejado atrás en esta última división. La tercera se refiere a casos especiales en los que no hay una presencia del referente (ej. 'aquellos días' o 'esos años'). En éstos, las expresiones temporales tienen un carácter retrospectivo, evocador o alusivo (RAE 2009, 17.2s). Tales casos también son excluidos de esta división.

20 Los deícticos oscuros son los que admiten, por lo general, usos discursivos. Es decir, son los que pueden

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17

pronombre personal 'yo', que al proferirse es inequívoco en la determinación de su referente. No necesita un gesto adicional o una mostración que ayude a los interlocutores a identificar al hablante.

En los oscuros, que también han sido llamados demostrativos (Kaplan 1977, 76), se precisa la intención del hablante21, que por medio de un gesto indicativo o mostración, dirija la atención del interlocutor hacia aquélla entidad que busca referir con el término. Por eso, la referencia no es automática, como sí lo es en los deícticos transparentes (López 2004, 17).

Teniendo en cuenta únicamente los deícticos transparentes y, con ello, dejando de lado los oscuros, propondremos nuestra última división.

2.4. La división esencial/no esencial

Aunque se ha relacionado esta división con la anterior (López 2004, 16), hemos decidido separarlas, porque la segunda puede funcionar como un filtro para la primera. Es decir, algunos deícticos que aparecen en la primera división, no aparecerán en ésta. Los esenciales son trasparentes, pero no todos los transparentes son esenciales. Lo son los deícticos 'yo', 'aquí'22, 'ahora', 'hoy', 'ayer'.

Los deícticos esenciales son ineliminables o irremplazables (Bar-Hillel 2004, 65). Otro grupo nominal no puede reemplazar al deíctico en las oraciones en las que aparezca, sin que el cambio tenga repercusiones en la explicación de la relación entre el hablante y lo referido por la expresión. Los deícticos no esenciales pueden ser reemplazados por otros grupos nominales, sin que se altere dicha explicación.

Los deícticos esenciales, no eliminables e irremplazables serán sobre los que versará este trabajo.

21 Ni para Perry ni para Kaplan esta intención determina al referente del deíctico, como sí lo hace el gesto o

demostración (Cfr. Perry 1997; Kaplan 1977).

22 El deíctico 'aquí' pertenecerá a este grupo solo en las ocurrencias en las que no sea necesario un gesto o ademán

(23)

18

Hasta aquí hemos usado las divisiones de los tipos de deícticos como filtros que nos permitieron delimitar los términos que trataremos en nuestro trabajo. Dejamos de lado los textuales, oscuros y no esenciales, para llegar a los que hemos llamado esenciales.

3.

El problema: una semántica para los deícticos

Los deícticos que tendremos en cuenta en este trabajo son los esenciales, transparentes, que no requieren gestos o ademanes adicionales a su proferencia para la identificación del referente, ésta es inmediata. Son unívocos, referenciales, y contexto-dependientes (Wilson et al 1999, 396). Además son siempre singulares.

Estos términos tienen dos peculiaridades adicionales y relacionadas. Son irreemplazables e ineliminables (Deutsch 1998, 2068). Si pudiera reemplazarse, por ejemplo, 'yo' por 'la persona que habla', la oración 'yo no soy la persona que habla' debería ser tan contradictoria como 'yo no soy yo', pero no es así, los términos no son sinónimos. Si existe un sinónimo de un deíctico esencial debería ser tan contexto-dependiente como éste (Kaplan 1977, 92ss).

Otra razón a favor ineliminabilidad de los deícticos esenciales es que al sustituir 'yo' por 'el agente del contexto' o por cualquier otra descripción, no se mantienen las condiciones de verdad de una oración como 'yo estoy aburrido' (López 2004, 25). El deíctico esencial 'yo' indica un solo objeto, es singular. Pero la descripción 'el agente del contexto' puede denotar a muchos individuos distintos, en distintos contextos. Con ello, las condiciones de verdad de las oraciones serían distintas para cada caso.

(24)

19

(25)

20

Primer Capítulo.

La carencia de sentido de lo circunstancial. Consideraciones

fregeanas sobre la deixis

Con frecuencia el contenido de una oración va más allá del pensamiento expresado en ella. Pero también ocurre a menudo lo contrario, a saber: que el mero texto que puede ser retenido por la escritura o en fonógrafo no sea suficiente para la expresión del pensamiento. [Frege 1918, 64]

El problema de Frege no es la deixis, tampoco el significado en el lenguaje natural. El problema de Frege es fundamentar la aritmética. La solución que propone es fundamentarla en la lógica23. δa lógica es la ciencia que se encarga de “decretar las leyes del ser verdad” (Frege

1918, 58), y aquello respecto de lo cual se plantea esa cuestión de la verdad es conocido por Frege como 'pensamiento'24 (Frege 1918, 61), o 'contenido judicable' (Frege 1879, §2, §3). Por tanto, el proyecto fregeano versa sobre el pensamiento. Parte de los esfuerzos teóricos de Frege se concentran en determinarlo. En separarlo de aquello que no es pensamiento, en estudiar su forma y analizarlo (Roy 1995, 88ss.). En ese esfuerzo por distinguir lo que no es parte ni afecta al pensamiento, Frege considera la expresión y la captación. En ese momento aparece la deixis en la propuesta fregeana. Veremos esto con mayor detalle en este capítulo.

El lenguaje natural oculta y envuelve el pensamiento. Es como un velo que impide, en ocasiones, ver su forma (Frege 1879, V). Es un vestido que lo encubre. No obstante, es el lenguaje el que expresa pensamientos (Frege 1906, 210). Es solo a través de él que tenemos acceso a éstos (Frege 1897, 143). Entonces, dado el ocultamiento del pensamiento tras el velo de su expresión, Frege no tiene otra opción que ocuparse del lenguaje, aunque esa no sea su tarea (Frege 1918, 66). Para ver la forma de un cuerpo desnudo, antes hay que ocuparse de quitarle sus vestidos. Si no se ocupa del vestido, no se llegará a la desnudez de la forma. Es así

23 Con el debilitamiento de la geometría, en el siglo XIX, debido a la aparición de las tres geometrías

no-euclídeas, los matemáticos emprendieron la búsqueda de los fundamentos de la aritmética, con el objetivo de encontrar cimientos fuertes para la matemática (Cfr. Suárez 1984, 66ss). Frege, por su parte, se ocupó de repensar y fortalecer la lógica, para basar en ella la matemática. Russell prestó atención a la propuesta de Frege, y adecuándola a su propio proyecto fundó la corriente logicista (Suárez 1984, 72).

24 Más adelante, en este capítulo, caracterizaremos la noción de 'pensamiento' e intentaremos acercarnos a la

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21

como Frege llega a ocuparse del lenguaje. Por eso éste entra en su consideración. Al grupo de propuestas fregeanas en torno al lenguaje Dummett las llama la Filosofía del lenguaje de

Frege (Dummett 1973, 83). En este capítulo expondremos tres de las tesis de ese grupo. Tesis

que, a nuestro parecer, ofrecen una imagen de conjunto de la propuesta fregeana en torno al significado. Posteriormente, expondremos las consideraciones fregeanas sobre la deixis.

1.

La semántica fregeana en tres tesis

Las tesis que tendremos en cuenta, y que ofrecen una imagen de conjunto de la propuesta fregeana en torno al significado de las expresiones del lenguaje, son las siguientes: 1. La homogeneidad semántica. 2. La distinción entre sentido, referencia y representación. 3. La iluminación del sentido a la referencia. Veamos cada una de ellas.

1.1. La semántica es homogénea

La tesis de la homogeneidad semántica es que toda expresión con significado significa del mismo modo. Aunque en un lenguaje es posible reconocer distintos tipos de expresiones, Frege considera que la diversidad de expresión no es razón suficiente para introducir diversidad en los modos de significar. Por eso, parte de sus mayores esfuerzos teóricos se concentran en explicar cómo la diversidad de expresiones es compatible con un mismo modo de significar25 (Frápolli y Romero 1998, 50). Para empezar, veamos los distintos tipos de expresiones que Frege reconoce.

La semántica fregeana adopta la distinción fundamental entre expresiones incompletas o insaturadas y expresiones completas o saturadas26. A las primeras, Frege las llama 'funciones'; a las segundas, 'argumentos' (Frege 1891, 23). Un argumento es una expresión completa; una función es una expresión incompleta, tiene lugares vacíos que pueden llenarse con distintos

25 Existe un debate en torno al significado de las expresiones que Frege llama incompletas, y que veremos más

adelante (Cfr. Bell 1979, 42ss.; Dummett 1973, 204ss.; Frápolli y Romero 1998, 50; Parsons 1996, 372; Thiel 1972, 95). Parece que la propuesta fregeana en torno a su significado fuera oscura, y por eso no hay un acuerdo total sobre su forma de significar. En este trabajo nos adherimos a la posición de Dummett, Frápolli y Parsons, y mantenemos el presupuesto de la homogeneidad semántica.

26 Frege propone un estudio del lenguaje que dé cuenta del contenido judicable, del pensamiento. Es decir, de

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22

argumentos27 (Frege 1891, 23ss.). Veamos un ejemplo: si analizamos la expresión 'Homero Simpson es gordo', podemos identificar dos componentes: 'Homero Simpson' y 'es gordo'. El primero, 'Homero Simpson', es una expresión completa, es el nombre propio de algo. El segundo, 'es gordo', es una expresión incompleta, necesita otra expresión que logre completarla, tiene un lugar vacío que puede llenarse con distintos nombres. Podríamos entonces expresarla como '( ) es gordo', donde '( )' representaría el lugar vacío que puede completarse con nombres. Así, reconocemos en la expresión compleja original dos tipos de expresiones más simples que la componen: una que completa o satura y una que es completada o saturada. La que satura, 'Homero Simpson', es el argumento; la que es saturada, '( ) es gordo', es la función. Ahora bien, si saturamos o completamos la función '( ) es gordo' con el argumento 'Homero Simpson' obtenemos la oración inicial 'Homero Simpson es gordo'. La función no saturada logra saturarse, y el resultado es una expresión completa y saturada que Frege llama 'nombre' (Frege 1892, 51). Según esto, un nombre propio como 'Homero Simpson' y una oración como 'Homero Simpson es gordo' son ambas expresiones saturadas o completas, las dos son nombres28 (Sluga 1980, 160). La primera sería un nombre simple, la segunda un nombre complejo.

Consideremos los siguientes ejemplos:

2 + 3 = 5 la capital de Colombia es Bogotá

52 = 25 El esposo de mi mamá es mi papá

Aunque los ejemplos de la derecha sean enunciados afirmativos del lenguaje natural y los de la izquierda ecuaciones matemáticas, para Frege, comparten la misma estructura (Frege 1891, 32) y, por ello, pueden analizarse por medio de las mismas nociones29.

27 Una función que pueda completarse con un argumento es una función de primer orden. Con más de un

argumento es una relación, y con otra función es una función de segundo orden.

28 Los nombres, para Frege, pueden ser nombres propios, descripciones definidas u oraciones

29A finales del siglo XVIII, y antes del golpe que provocó la “crisis de los fundamentos”, la matemática y las

(28)

23

Veamos lo que sucede si despejamos la estructura, y nos quedamos con el mero esqueleto de los ejemplos de la izquierda:

( ) + ( )

( )2

El resultado es un esqueleto vacío, incompleto, al que le faltan números para poder expresar algo. Esa parte incompleta, insaturada [ungesättigt], es la función [Funktion]30 (Frege 1891, 22).

Quedémonos, ahora, con las funciones de los ejemplos de la derecha:

La capital de ( )

El esposo de ( )

Del mismo modo que en los ejemplos anteriores, lo que tenemos aquí es la parte incompleta del enunciado, la parte que por sí sola no dice algo, y que necesita completarse (Thiel 1972, 56).

Ahora, veamos lo que sucede si completamos ambos tipos de enunciados:

2 + 3 La capital de Colombia

52 El esposo de mi mamá

Hemos completado las funciones con expresiones que no son incompletas, sino completas. Esas partes completas, saturadas [gesättigt], son los 'argumentos' [Argument] (Frege 1891, 22).

Sin embargo, aún nos queda un último paso. Cuando la función se completa con el argumento, o los argumentos, arroja un cierto resultado. Veamos.

2 + 3 = 5 La capital de Colombia es Bogotá

30 En la Conceptografía Frege hace referencia a 'función' sólo como un tipo de expresión lingüística (Frege 1879,

§9ss). Pero en Función y Concepto, usará el mismo término para referirse a la expresión lingüística y, también, a

(29)

24

52 = 25 El esposo de mi mamá es mi papá

Pues bien, eso que llamamos “resultado” es el valor de la función saturada para ese argumento (Bell 1979, 16). Cuando una función se completa con un argumento, señala lo que Frege llama un 'valor' (Frege 1891, 23), y ese valor es también completo y saturado, es un argumento.

Este análisis deja ver dos características básicas de la homogeneidad semántica. En primer lugar, que todas las expresiones del lenguaje se clasifican según la dicotomía función/argumento. Tal distinción es exhaustiva para las expresiones del lenguaje. En segundo lugar, que cada expresión del lenguaje pertenece a una y sólo una de estas categorías. Una expresión o es función o es argumento, pero no puede ser función y argumento al mismo tiempo (Frápolli et al 1998, 50), en este sentido la dicotomía es excluyente.

Sin embargo, el punto central de la homogeneidad semántica es que estos dos tipos de expresiones significan de la misma manera (Frápolli et al 1998, 50). El proyecto de una semántica homogénea abarca todas las expresiones del lenguaje, sean saturadas o no. En ese orden de ideas, los argumentos como 'Homero Simpson', 'Bogotá' y '25'; las funciones como '( ) es gordo' y 'la capital de ( )'; y las oraciones como 'Homero Simpson es gordo' y 'el esposo de mi mamá es mi papá', significan, todos, del mismo modo. La semántica homogénea sostiene que para todas las expresiones del lenguaje el significado funciona de la misma manera. Ahora, y en nuestro segundo aparte, veremos cuál es esa manera.

1.2. El sentido es distinto a la referencia y a la representación

(30)

25 1.2.1. La referencia31

Para Frege, la noción de 'referencia' es indispensable para la explicar la manera en la que significan las expresiones del lenguaje. La manera en la que éste funciona (Dummett 1973, 84). 'Referencia' es una de las nociones básicas para aclarar la noción de 'significado'. Veamos con mayor detalle aquella noción dentro de la propuesta fregeana.

La palabra Bedeutung pertenece al “alemán coloquial” (Wolfgang 1994, 115), y viene de deuten, que significa apuntar, señalar o indicar. La referencia es aquello que queda apuntado,

referido, señalado o indicado por las expresiones del lenguaje (Frege 1982a, 51). Como veíamos en el aparte anterior, Frege reconoce dos tipos de expresiones. Así mismo reconoce dos tipos de entidades. La dicotomía saturado/no saturado que está a la base de la propuesta fregeana (Frápolli, 1998, 50), no sólo abarca las expresiones, sino también lo que ellas refieren. A la dicotomía expresión saturada/expresión insaturada le corresponde la dicotomía entidad saturada/entidad insaturada. Las expresiones refieren a entidades, y el carácter de saturación se mantiene de aquéllas a éstas. Es decir, las expresiones saturadas refieren a entidades saturadas; y las expresiones insaturadas refieren, por su parte, a entidades insaturadas (Bell 1979, 13ss.). Las primeras, saturadas, son objetos [Gegenstand]; las segundas, insaturadas, son funciones32 [Funktion] (Frege 1891, 34). La dicotomía de las entidades es exhaustiva y excluyente como la de las expresiones. Sólo hay dos entidades: las funciones y los objetos. Lo que es objeto no es función, ni lo que es función es objeto (Frege 1891, 34).

31 La palabra

Bedeutung ha sido t adu ida al i glés de disti tas a e as: o o o i atu ; efe e e ; sig ifi a e ; efe e t ; de otatio ; sta di g fo o i luso o o ea i g . Una de las razones que ha generado distintas posiciones en torno a la traducción del término, es que Frege lo usa otorgándole ciertos matices particulares y distintos, que lo separan del uso cotidiano del término en el alemán coloquial (Dummett 1973, 84). Otra de las razones es que al parecer Frege distingue entre la referencia de un término y su referente. Algo que usará Evans para formular la propuesta que expondremos más adelante (Cfr. Evans 1981). En este trabajo no ahondaremos en dichos debates, y siguiendo la iniciativa de Geach-Black, Dummett y Wolfgang traduciremos Bedeutung por 'referencia', siguiendo la traducción común del término.

32 Debido a la distinción que Frege introduce, en 1891, entre las funciones como expresiones, y las funciones

(31)

26

Las expresiones funcionales refieren a funciones; y los argumentos refieren a objetos. Las funciones son entidades incompletas; los objetos son entes completos en sí mismos (Frege 1891, 33ss). Para Frege, 'objeto' es todo lo que no es 'función'; es decir que no tiene en sí ningún lugar vacío (Frege 1891, 34), es completo y cerrado en sí mismo (Corredor 2000, 73). Un objeto puede ser una persona, un país, un número33, un punto espacio-temporal, o incluso un valor de verdad: lo verdadero y lo falso (Frege 1892b, Frege 1891). No sólo lo que podemos percibir con nuestros sentidos forma parte de los objetos (Frege, 1891, 19).

Las funciones, por otra parte, son entidades insaturadas. Las expresiones conceptuales, por ejemplo, son un tipo de expresión insaturada. Un tipo de expresión funcional que, al saturarse o completarse, siempre arroja como valor un valor de verdad (Frege 1891, 31). Las expresiones conceptuales refieren a entidades insaturadas: los conceptos. A éstos les corresponde una extensión (Frege 1891, 32), y dicha extensión está conformada por los objetos que caen bajo el concepto (Bell, 1979, 19). Entonces, las extensiones de los conceptos son objetos, pero los conceptos no son objetos (Frege 1891, 34), son totalmente distintos de éstos (Frege 1892b)34.

Las funciones son entidades abstractas, mientras que los objetos pueden o no ser abstractos (Frápolli 1998, 58). La realidad no sólo está compuesta por aquello que vemos o percibimos, también se compone de objetos abstractos como lo verdadero y lo falso (Frege 1891, 28ss; Frege 1892a, 60ss). Las expresiones funcionales relacionan un argumento, un nombre, con un valor. Ese valor, cuya expresión es, también, un argumento, refiere a un objeto; en el caso de las expresiones conceptuales puede referir a dos objetos abstractos: lo verdadero y lo falso (Frege 1891, 28).

Consideremos el siguiente ejemplo: en el enunciado 'Gabriel es feliz' podemos identificar dos componentes: el argumento 'Gabriel' y la expresión funcional 'es feliz'. El primero refiere a un objeto. El segundo refiere a una función, en este caso, a un concepto. Ahora bien, el enunciado entero también refiere a un objeto, ya que es una expresión completa, un nombre. Solo hay dos

33 Para Frege, si no se consideran los números como objetos, seguramente terminarán reducidos a los meros

signos numéricos. Pero, en ese caso, no podría explicarse que 3+1 y 4 se refieran al mismo número. Reducir el número al signo numérico, es un error. El número es un objeto lógico (Frege 1891, 19)

34 Frege usa la palabra 'concepto' en un sentido lógico, no en un sentido psicológico. Es decir, que no se está

(32)

27

objetos a los que pueda referir una oración: lo verdadero y lo falso (Frege 1981, 28; Frege 1982a, 60). Para saber a cuál de los dos objetos refiere, es necesario saber si el objeto referido por el argumento cae bajo el concepto referido por la expresión funcional (Frege 1892-1895, 86). En otras palabras, 'Gabriel es feliz' refiere a lo verdadero si el objeto-Gabriel cae bajo el concepto-ser feliz35; y a lo falso si el objeto-Gabriel no cae bajo tal concepto (Frege

1892-1895, 85ss.).

Para Frege, la referencia del todo oracional está determinada por las referencias de las partes que lo constituyen (Frege 1892a, 56ss.). Esa relación de determinación es el principio de composicionalidad de la referencia, según el cual la referencia de una oración, su valor de verdad, está determinado por las referencias, las funciones y los objetos, de las expresiones que lo constituyen. Por eso, si una de las expresiones del enunciado no tiene referencia, el enunciado entero tampoco la tiene (Frege 1892a, 58). Aunque de ello no se sigue que carezca de significado. Lo cual nos lleva a concluir que el significado de una expresión no puede reducirse solamente a su referencia. Las expresiones también tienen sentido.

Argumentos Expresiones funcionales

Enunciados Expresiones vacías Refieren a Objetos funciones Objetos abstractos

V o F

Ø36

1.2.2. El sentido

La noción de significado, como decíamos, es compleja. Frege la analiza por medio de dos nociones básicas. Una de ellas es el sentido. Veamos cómo se introduce dicha noción.

Frege introduce la noción de 'sentido' [Sinn] para dar cuenta del tipo de relación que es la identidad (Frege 1892a, 49ss.). Ante dos nombres complejos, a=a / a=b, Frege se pregunta por la esencia de la identidad (Thiel 1972, 93), y aunque en la Conceptografía adopta una

“interpretación metalingüística” (Frápolli 199κ, 66), según la cual la identidad es una relación

35 La relación 'caer bajo el concepto

' es, para Frege, la relación lógica fundamental(Frege 1892-1895, 86)

(33)

28

entre los nombres de un mismo objeto (Frege 1879, §8); en Sobre sentido y referencia propone una nueva alternativa, y con ello introduce la cuestión del valor cognoscitivo. Veamos.

Tenemos tres alternativas para responder a la pregunta por el tipo de relación que es la identidad: a. una objetual; b. una lingüística; c. una cognoscitiva (Cfr. Frege 1892a, 50). Si tomamos la primera, tenemos que admitir que la identidad es una relación entre objetos. Pero en ese caso, no habría diferencia entre los nombres complejos 'a=a' / 'a=b', ya que ambos representarían la relación de un objeto con él mismo. Entonces, parece que la identidad fuera, como la segunda opción sugiere, una relación entre los signos o expresiones. En ese caso, lo que el enunciado de identidad diría es que 'a' y 'b' se refieren al mismo objeto (Frápolli 1998, 66). Sin embargo, si la identidad fuera una relación entre nombres, tal relación estaría dada en la medida en que tales nombren refieran al mismo objeto. Pero esa conexión entre signos y objetos puede ser meramente arbitraria37 (Frege 1892a, 50). Con ello, las formas de referirnos a los objetos carecerían de importancia (Thiel 1972, 93). Por lo tanto, la alternativa que queda, y que sostiene Frege, es la tercera.

Los enunciados en cuestión, 'a=a' / 'a=b', son distintos (Cfr. Frege 1982a, 50). Podemos reconocer en ellos, al menos, dos diferencias: 1. De 'a=a' podemos saber que es verdad sin necesidad de tener alguna información que lo corrobore, pero no pasa lo mismo con 'a=b'. 2. 'a=a' no nos ofrece conocimiento nuevo, ni información distinta, mientras que 'a=b' sí puede ampliar nuestro conocimiento y ofrecernos información nueva. Puede hacerlo, porque dicho enunciado cuenta con un valor cognoscitivo distinto al primero, aquél contiene “auténtico conocimiento” (Frege 1κ92a, 51). Por ello, la diferencia entre 'a' y 'b' no está solo en su forma lingüística, sino en lo que Frege llama “el modo de darse lo designado” (Frege 1892a, 50): el sentido. Así, los enunciados difieren en el modo de darse lo referido, por eso hay un conocimiento real (Thiel 1972, 94). La noción de 'sentido', entonces, aparece para dar cuenta del valor cognoscitivo que tienen los enunciados para los hablantes (Dummett 1973, 240).

Una expresión, para Frege, no solo tiene referencia, tiene, también, sentido. Éste puede ser comprendido por cualquier hablante que conozca las expresiones del lenguaje o por aquél que

37 Frápolli sostiene que la arbitrariedad no es un argumento usado por Frege para desvirtuar dicha posición, sino

(34)

29 conozca “el conjunto de designaciones al que pertenece[n]” dichas expresiones (Frege 1892a, 51). El sentido, por tanto, es objetivo. De no serlo se imposibilitaría el valor cognoscitivo. Tal vez, por lo anterior, Dummett liga la noción de 'sentido' a la de 'entendimiento', y define, a la primera, como lo que conocemos cuando entendemos una expresión del lenguaje(Dummett 1973, 293). Eso que conocemos es a modo de un procedimiento ideal que nos permite determinar la referencia en cada caso38 (Dummett 1973, 293, 589). Así, una de las lecturas de la noción fregeana de 'sentido' considera a la noción como epistemológica (Cfr. Bell 1979, 53; Dummett 1973).

Otra de las lecturas de la noción fregeana ha asociado el sentido de una expresión con una descripción definida única del referente de dicha expresión (Cfr. Perry 1977; Orlando 1999). Tal asociación parece justificarse en los ejemplos del mismo Frege. Para él, el sentido del término 'Aristóteles' puede ser 'el discípulo de Platón' o 'el maestro de Alejandro Magno' (Frege 1892a, 51). Estos y otros ejemplos parecen suponer que Frege asociaba el sentido de una expresión a una descripción definida. Aunque en su obra no aparezca explícitamente dicha propuesta. No obstante, hay opositores a esta idea (Cfr. Parsons 1996, 371; Evans 1981). Uno de ellos es Evans, cuya postura examinaremos más adelante. Por ahora, diremos que el sentido es el modo de darse de la referencia de una determinada expresión.

Como es bien sabido, a partir de 1.892 Frege atribuye sentido y referencia también a los enunciados afirmativos. La referencia de un enunciado es un valor de verdad y su sentido es el pensamiento expresado (Frege 1892a, 58; Frege 1918, 26ss). De la misma forma en la que la referencia de una oración está determinada por las referencias de sus partes, el sentido de esa oración también está determinado por los sentidos de sus partes constituyentes. Esta última relación es el principio de composicionalidad para el sentido (Frege 1892a, 58ss.). Es menester llamar la atención sobre un punto. La dicotomía saturado/no-saturado también se mantiene en este tercer reino, el reino del sentido. Las expresiones incompletas tienen sentidos incompletos; las completas tienen sentidos completos. Las distintas expresiones que constituyen un enunciado tienen sentidos completos e incompletos que se completan entre sí

38 Evans presentará una postura crítica de las nociones que Dummett le adjudica a Frege, en especial a esa

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30

para formar un sentido completo, un pensamiento (Frege 1923, 36). Éste es una unidad completa y determinada que exhibe su estructura lógica (Wolfgang 1994, 55).

El pensamiento es el sentido de la oración, y es distinto a la referencia. Veamos, con un ejemplo, por qué Frege llega a tal conclusión. Si tenemos la oración 'el sol es la estrella más cercana a la tierra' y reemplazamos la expresión 'el sol' por 'Xué', obtenemos la oración 'Xué es la estrella más cercana a la tierra'. Ambos enunciados son verdaderos. El valor de verdad, la referencia, no varía aunque los pensamientos expresados por ambas oraciones sí lo hagan. Por eso, el pensamiento no puede ser la referencia. Es, más bien, el sentido. (Frege 1892a, 58).

Hay tres operaciones, como las llama Kenny, que pueden llevarse a cabo con un pensamiento (Kenny, 1997, 235). Se puede captar, juzgar y expresar. La primera equivale a pensar. Es posible pensar los pensamientos. Más no crearlos. Los pensamientos ya están dados antes de que los sujetos los piensen (Frege 1918, 62). La segunda equivale a reconocer la verdad de un pensamiento, a juzgarlo. La tercera a expresar o manifestar ese juicio (Frege 1918, 62ss.). Las operaciones se llevan a cabo en tal orden. Primero se capta un pensamiento, luego se reconoce o no su verdad, por último se expresa ese reconocimiento por medio del lenguaje.

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31

El pensamiento es objetivo. Tal objetividad puede entenderse de, al menos, dos formas: 1. Lo que es distinto a lo subjetivo. El pensamiento es distinto a la representación. 2. Lo que es distinto a la referencia (a lo tangible, a los objetos del mundo), a lo real entendido de ese modo (Wolfgang 1994, 79), pero que no deja de ser actual. La actualidad del pensamiento consiste

en que puede ser captado y comunicado por distintos hablantes. “Su actuar es provocado por una acción del que piensa” (Frege 191κ, ιι). Pero ese que lo piensa, no crea el pensamiento. Éste existe con independencia de aquél. Por eso, el pensamiento es objetivo pese a que no sea real como los objetos del mundo.

Frege no niega que algunas expresiones tengan sentido, aún cuando carezcan de referencia. Tal es el caso de expresiones como 'Ulises' y 'Guillermo Tell'. Ambas tienen sentido pero no refieren a algún objeto (Frege 1892a, 59). Los enunciados que las contienen expresan pensamientos, aún cuando carecen de referencia. Tales pensamientos no son verdaderos ni falsos. Dado que el hombre se interesa por la verdad, esos pensamientos pierden valor para él (Frege 1892a, 58ss.). En Logic Frege afirma que son pensamientos ficticios (Frege 1897, 142). Que no son equiparables a los pensamientos verdaderos y falsos. Son, más bien, pseudo pensamientos, a los que Frege llama 'Scheingedanke', y que no merecen ser tomados con seriedad. Tales pensamientos son expresados por enunciados que contienen una expresión sin referencia. Al lógico no deben interesarle ni tales expresiones, ni tales pensamientos. La ficción no interesa a la lógica (Frege 1897, 141ss.).

No obstante, en Introducción a la lógica, Frege sostiene que si esa expresión sí tuviera una referencia, el pensamiento expresado sería el mismo que el expresado por medio del enunciado que contiene la expresión sin referencia. Esto debe ser así, puesto que el principio de composicionalidad del sentido afirma que solo los sentidos de las expresiones determinan el pensamiento. La referencia no lo hace. El pensamiento, o mejor, el contenido del pensamiento es el mismo, sólo que uno pertenecería al reino de la ficción, y el otro al de la

lógica (Frege 1906, 20κ). Así, dice Frege “Entonces, el objeto designado por un nombre

propio parece ser inesencial para el contenido del pensamiento de un enunciado que lo

contenga”39 (Frege 1906, 208ss.)40.

(37)

32

Así, Frege reconoce que hay pensamientos verdaderos, pensamientos falsos y pensamientos ficticios. Todos ellos están determinados por los sentidos de las expresiones contenidas en los enunciados que los expresan. Todos ellos son distintos a las representaciones. Son objetivos.

Argumentos Expresiones funcionales

Expresiones sin referencia

Enunciados Enunciados sin referencia Expresan Sentidos

completos

Sentidos incompletos

Sentidos ficticios

Pensamientos Pensamientos ficticios

1.2.3. La representación

Distinta al sentido y a la referencia de una expresión, está la representación que a ésta se asocia. Para Frege, la representación es la imagen interna que los hablantes se forman a partir de sus recuerdos, sentimientos, vivencias e impresiones (Frege 1892a, 54). Hay tantas representaciones, como hablantes y vivencias. Estas imágenes se forman a partir de recuerdos de impresiones sensibles que los hablantes han tenido, y a partir de las actividades internas y externas que han practicado (Frege 1892a, 54). Las representaciones están plagadas de sentimientos y subjetividad.

Un hablante puede asociar una representación a un sentido, pero de ello no se sigue que estén conectados necesariamente. Una persona puede asociar múltiples representaciones a un mismo sentido, en distintas ocasiones. De ahí que la relación entre ambos no sea nada clara y nada permanente. No siempre está unida una representación a un mismo sentido. Ni la representación es el sentido, ni hay una relación estable entre ambos. No obstante, tienen algo en común: ninguno pertenece al reino de los objetos del mundo externo, del mundo tangible (Frege 1918, 67). Ninguno se puede tocar, oler, ver, ni oír.

Las representaciones se tienen, son parte del contenido de la conciencia de una persona (Frege 1918, 67). Si dos personas caminan por la misma biblioteca de Salamanca, y ven cuán grande ésta es, la impresión de grandeza que ambas pueden tener pertenece al contenido de la

40 Este tema de los términos vacíos, o sin referencia, es un punto central de la propuesta de Evans, que

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