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La pobreza en el sector rural argentino

EL HAMBRE EN LA ARGENTINA

6. La pobreza en el sector rural argentino

De acuerdo con la definición oficial, en la Argentina se con-

sidera como población urbana a todas las personas que habitan

13Britos, Sergio y Agustina saraví, “Estándares de calidad nutricional

y buenas prácticas en intervenciones nutricionales: Primer producto de la Ini- ciativa Nutrición 10 Hambre Cero”, Observatorio Social, “Nutrición 10 Ham- bre 0”, nº 34, Buenos Aires, marzo de 2012.

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en concentraciones de población con más de 2000 habitantes. El resto lo constituye la población rural del país, que se divide entre los que habitan en áreas rurales agrupadas (localidades de menos de 2000 habitantes) y en áreas rurales dispersas (campo abierto). Según este criterio, los datos del Censo Nacional de Población del año 2001 indican que 3.800.000 personas habitan en las áreas rurales del país, lo que representa un 10,7 % de la población to-

tal. De este total más de dos tercios vivían en las áreas dispersas y un tercio en localidades rurales de menos de 2000 habitantes.

La información del Censo de Población del 2010 que ha si-

do publicada no distingue entre población urbana y rural, pero lo más probable es que actualmente la población rural, de acuerdo con la definición oficial, se sitúe entre 3 y 4 millones de perso- nas14. Sin embargo, un estudio del Banco Mundial recalculó la

población rural en todos los países de América latina utilizando el criterio internacional de personas que habitan en municipios con densidad menor a 150 personas por kilómetro cuadrado y que tengan más de una hora de viaje a una ciudad de 100.000 ha-

bitantes o más, estimando que en ese caso la población rural de la Argentina era un 44 % del total15. Esto resultaría en que pobla-

ción rural sería actualmente de unas 17.600.000 personas.

Los datos oficiales de pobreza de la Argentina provienen de la Encuesta Permanente de Hogares (eph) que realiza en forma

continua el Instituto Nacional de Estadística y Censos (indec).

Esta encuesta solo recoge información de los grandes aglomera-

14 La cifra menor aparece en algunas estadísticas para los años 2010-

2012. Como la población total del país en el Censo de Población del 2010 fue de 40.100.000, la cifra mayor indicaría que la población rural de acuerdo con la definición oficial habría disminuido a un 10 % del total. La cifra de 3 mi- llones indicaría que la población rural solo sería un 7,5%.

15chomitz, Kenneth M, Piet Buys y Timothy S. thomas, “Quantifying

the Rural-Urban Gradient in Latin American and the Caribbean”, World Bank Policy Research Working Paper nº 3634, Washington D.C., 2004.

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dos urbanos (más de 100.000 habitantes), lo que no permite co-

nocer la real situación de pobreza en el sector rural. La Argentina es el único país de América Latina cuyas encuestas de hogares no cubren las áreas rurales y esto explica porque se conoce muy

poco de la situación social que existe en ese sector. La principal

fuente de información sobre la pobreza rural son los Censos Na-

cionales de Población, Hogares y Viviendas, que se realizaron en 1980, 1991, 2001 y 2010, aunque –como se ha indicado– en el último no se publicaron los datos diferenciados áreas urbanas y

rurales.

En el año 2002, con asistencia del Banco Mundial, se reali-

zó la Encuesta de Impacto Socioeconómico de la Crisis en Ar-

gentina (isca), que abarcó a 28.000 hogares y se considera repre-

sentativa a nivel nacional. Ella incluyó a pequeñas localidades con menos de dos mil habitantes pero no a las áreas rurales dis-

persas. Esta encuesta se complementó con una Encuesta de Ho-

gares Rurales realizada a fines del 2002 y comienzos del 2003 en las provincias de Chaco, Santa Fe, Santiago del Estero y Mendo-

za. Otras Encuestas de Hogares Rurales se han realizado en las provincias de Salta (1996), Misiones (1996), Mendoza (2000, 2004, 2006), Río Negro (2000) y Santa Fe (2000), mientras que en la provincia de Buenos Aires se realizó en el 2006 una En-

cuesta de Hogares Rurales y Explotaciones Agropecuarias. Los Censos Nacionales Agropecuarios, que se han realizado en 1988, 2002 y 2008, contienen información a nivel de las explotaciones agropecuarias, lo que permite una aproximación alternativa al problema de la pobreza del sector rural.

Los Censos Nacionales de Población no relevan informa-

ción sobre el ingreso o el consumo de los hogares, pero sí identi-

fican los hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas (nBi).

Para ello se consideran los siguientes indicadores que están aso-

ciados al bienestar de los hogares: (a) Indicador de Hacinamien-

to: más de tres personas por habitación; (b) Indicador de Vivien-

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Condiciones Sanitarias: hogares sin retrete de ningún tipo; (d) Indicador de Escolaridad: hogares con al menos un niño de seis a doce años que no asiste a la escuela; y (e) Indicador de Capaci-

dad de Subsistencia: hogares con cuatro o más personas por miembro ocupado y cuyo jefe de hogar tiene menos de tres años de educación formal.

Si un hogar específico posee alguna de las cinco caracterís-

ticas mencionadas es clasificado como un hogar con Necesida-

des Básicas Insatisfechas. Aunque este método tiene limitacio-

nes, siendo una de las principales el hecho de que no presenta variabilidad en el corto plazo, es un procedimiento muy utilizado en los estudios de pobreza en diversos países.

Los análisis realizados16 a partir de los datos del Censo de

Población del 2001 indican que un 30,8 % de los hogares en áreas rurales dispersas tenía al menos una Necesidad Básica In-

satisfecha, mientras que el porcentaje era del 20,3 % para áreas rurales agrupadas y del 12,9 % para las áreas urbanas. Aunque estas cifras puedan parecer obsoletas, debe destacarse que ese año la Encuesta Permanente de Hogares indicó un nivel de po-

breza del 28 % para el total de población urbana, mientras que el indicador global de Necesidades Básicas Insatisfechas fue de so-

lo un 14,3 %. En otras palabras, el indicador de Necesidades Bá-

sicas Insatisfechas estaría subestimando el nivel real de pobreza. En la actualidad, el nivel de pobreza urbana obtenido de la Encuesta del Observatorio de la Deuda Social Argentina está en-

16 Los datos siguientes están tomados del estudio de Laura guardia y

Leopoldo tornarolli, “Boom agrícola y persistencia de la pobreza rural en

Argentina”, en Fao, oFicina regionaldelaFaopara américalatinayel

cariBe, Boom agrícola y persistencia de la pobreza rural. Estudio de ocho casos, Santiago, 2009. Una evidencia semejante utilizando las mismas fuentes

se presenta en world BanK, The Invisible Poor. A Portrait of Rural Poverty in Argentina, Washington D.C., 2010.

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tre el 25,6 % y el 27,5 % de la población17 y, por lo tanto, no di-

fiere mucho de la cifra mencionada para el año 2001. Es posible que el Indicador de Necesidades Básicas Insatisfechas para el sector rural del año 2001 sea en alguna medida relativamente vá-

lido. Sin embargo, lo que es importante destacar es que los hoga-

res con al menos una Necesidad Básica Insatisfecha en las áreas rurales dispersas son 2,4 veces los que experimentan la misma situación en las áreas urbanas y los de áreas rurales agrupadas son 1,6 veces los de las áreas urbanas. En otras palabras, la po-

breza que existe en el ámbito rural es bastante mayor que la que existe en las zonas urbanas del país.

La conclusión anterior es ratificada en los estudios específi-

cos realizados en algunas provincias. La Encuesta isca reveló

que en promedio la brecha de ingresos per cápita familiares es del 60 % entre las áreas urbanas y las áreas rurales agrupadas, aunque la brecha llega al 90 % en las provincias menos desarro-

lladas. Mientras el porcentaje de la población bajo la línea de po-

breza era del 47,1 % en las áreas urbanas, ella ascendía a un 67 % en las áreas rurales agrupadas. Aunque en números absolutos los pobres rurales sean menos que los urbanos, ellos son un im-

portante grupo humano que debe ser tomadas en cuenta en las políticas públicas.

Otra de las conclusiones importantes de los estudios realiza-

dos con los datos del Censo de Población es que la pobreza rural se da con mayor intensidad en las provincias del Noroeste (noa)

y del Noreste (nea) de la Argentina. Las provincias con mayor

porcentaje de hogares rurales dispersos con al menos una Nece-

sidad Básica Insatisfecha son Salta (51,7 %), Jujuy (49,4 %), Santiago del Estero (47,8 %), La Rioja (47,0 %) y Chaco

17universidad católica argentina, oBservatoriodela deuda so-

cial argentina, Comunicado de prensa: Estimaciones de tasas de indigencia y pobreza (2010-2013), Buenos Aires, abril, 2014

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(46,2 %). En hogares rurales agrupados los extremos de pobreza se dan en las provincias de Salta (40,9 %), Jujuy (36,7 %), Cha-

co (35,1 %), Corrientes (34,2 %), Formosa (32,9 %) y Santiago del Estero (31,5 %). La pobreza rural es baja en las provincias de la región pampeana (Buenos Aires, La Pampa, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos) y en Tierra del Fuego y Santa Cruz.

Un indicador alternativo de la pobreza rural está dado por las explotaciones agropecuarias (eap) pobres que se reportan en

los diversos Censos Agropecuarios. De acuerdo con la definición oficial, estas se caracterizan por tener niveles mínimos de capital y utilizar exclusivamente mano de obra familiar. Se estima que aproximadamente un 40 % de las 330.000 explotaciones agrope-

cuarias existentes en el país son pobres. Nuevamente las provin- cias del noa y nea son las que tienen mayor porcentaje de explo-

taciones agropecuarias pobres, superando el 70 % en las provincias de La Rioja, Jujuy y Formosa. No es posible ignorar la existencia de pobreza en el sector rural de la Argentina y para terminar con ella se requieren de acciones especiales.

Hoy tenemos que decir “no a una economía de la exclusión y la inequi- dad”. Esa economía mata. No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión. No se puede tolerar más que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre. Eso es inequidad.

Francisco, Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, noviembre, 2013. Las personas que tienen hambre muchas veces no están organizadas, no forman parte de los sindicatos, no poseen fuerzas para hacer una marcha y no saben decir que están con hambre.

Lula da silva, Discurso en el Encuentro de Alto Nivel sobre Seguridad Alimentaria en África, Adís Abeba, Etiopía, julio de 2013. Dios no nos ha abandonado. Hemos sido olvidados por los políticos.

unapersonapoBre, citada en el libro The Moving Out of Poverty: Success from the Bottom-Up, Banco Mundial, 2009.

Las políticas económicas –aquellas cuyo objetivo es disminuir la pobre- za tanto como otras– tratan de alcanzar resultados. Todos estos esfuerzos de- ben incluir alguna focalización.

IV

MARCO GENERAL DE LAS