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obedecer a las reactivas sino que éstas son impotentes para captar

sus actividades reactivas de tal

manera que ellas mismas

devienen reactivas.

El estado en el que las fuerzas reactivas y las activas mantienen una relación saludable es el estado de réplica, esto es, el proceso vivo en el que las fuerzas activas tienen la potencia de dar una respuesta vigorosa e instantánea a las solicitaciones de

51 Todo el capítulo IV de NPH titulado “Du ressentiment à la mauvaise conscience” junto con el análisis detallado del nihilismo en el capítulo V, están dedicados a mostrar los mecanismos a través de los cuales las fuerzas reactivas actúan triunfalmente sobre las activas. Se procede a describir: 1º) las operaciones merced a las que se generan los tipos reactivos del resentimiento, la mala conciencia y el ascetismo; 2º) los cómplices reactivos que colaboran en cada caso; 3º) la ficción sobre la que reposa cada creación reactiva; 4º) el producto humano resultante. Con respecto al nihilismo los análisis deleuzianos se centran en establecer los tres sentidos del nihilismo (negativo, reactivo y pasivo) a la par que se estudian las diferentes muertes de Dios al hilo de tales sentidos. Salvo en el caso del origen del resentimiento, no entraremos a describir en detalle los desarrollos de la tipología, topología y mecanismos de ejercicio del resentimiento puesto que nos desviarían de los objetivos de nuestra exposición.

las fuerzas reactivas. Pero el devenir-reactivo de las fuerzas activas se explica como el proceso de mengua de esta potencia. Las tres figuras del nihilismo, el hombre del resentimiento, el de la mala conciencia y el que persigue el ideal ascético, certifican el devenir-reactivo de las fuerzas activas bajo las signaturas respectivas del desarrollo de una memoria excesiva, la creación de la interioridad (culpable) y la estimulación de la esterilidad creativa. La explicación esquemática de tal devenir-reactivo de las fuerzas activas reside en el triple proceso de desplazamiento de las fuerzas por inversión de la sana relación entre ellas (gracias a la complicidad del sacerdote judío), de interiorización de la fuerza como interiorización del dolor (merced a la contribución del sacerdote cristiano) y del ejercicio continuado del aguante del resentimiento y la mala conciencia (con la ayuda inestimable del sacerdote ascético nombrado como médico, profesor, etc.)53.

En todo caso, lo que le interesa a Deleuze es señalar el origen de todo este proceso del devenir-reactivo: el triunfo de la ficción de una fuerza separada de lo que puede54. La explicación deleuziana se ilustra bajo lo que él denomina “el paralogismo del resentido”55. Supongamos un cordero lógico que razonara de la siguiente forma: 1º) las aves de presa son malas (esto es, las aves de presa son todos los malos y los malos son aves de presa); 2º) yo soy lo contrario de un ave de presa; 3º) por tanto yo soy bueno. En la menor el ave de presa es tomada por lo que es, es decir, una fuerza que no se separa de sus efectos o de sus manifestaciones. Pero en la mayor se supone que el ave de presa podría no manifestar su fuerza, que podría reprimir sus efectos y separarse de lo que puede y, puesto que no se reprime, es mala. Se supone, por tanto, que es una única y misma fuerza tanto la que se reprime en el cordero virtuoso como la que sigue su libre curso en el ave de presa mala. Puesto que el fuerte podría impedirse actuar, el débil es alguien que podría actuar si no se lo impidiese él a sí

mismo.

«Voici sur quoi repose le paralogisme du ressentiment : la fiction d’une

force séparée de ce qu’elle peut. C’est grâce à cette fiction que les forces

réactives triomphent.» (NPH, 140)

53 Cf. el cuadro recapitulativo de NPH, 166. También pueden verse las explicaciones sintéticas de N, 28-29 y la rápida observación de DRF, 189.

54 Mengue “Présentation de Nietzsche et la philosophie” en Beaubatie (2000: 193) también subraya, pero sólo de pasada, la importancia de este pasaje del planteamiento deleuziano sin entrar en extraer las importantes consecuencias que de él se derivan. Para una reconstrucción del razonamiento que

El triunfo de las fuerzas reactivas se basa en la doble operación de sustracción a la actividad e inversión de la relación jerárquica de las fuerzas (las que tienen que obedecer pasan a mandar y las dominantes tienen que obedecer)56.

«Le processus de l’accusation dans le ressentiment remplit cette tâche : les forces réactives “projettent” une image abstraite et neutralisée de la force ; une telle force séparée de ses effets sera coupable d’agir, méritante au contraire si elle n’agit pas ; bien plus, on imaginera qu’il faut plus de force (abstraite) pour se retenir que pour agir. Il est d’autant plus important d’analyser le détail de cette fiction que par elle, nous le verrons, les forces réactives acquièrent un pouvoir contagieux, les forces actives deviennent

réellement réactives.» (NPH, 141)

Deleuze desglosa el análisis de esta ficción en tres momentos, dándole un nuevo sentido a las tres analogías de la experiencia descritas por Kant57. Tales momentos son nombrados como momento de la causalidad, de la sustancia y de la determinación recíproca58. En el momento de la causalidad la fuerza se desdobla a través de la sustitución de la relación real de significación existente entre la “fuerza” y su “manifestación” por la relación imaginaria entre una “causa” y su “efecto”. Se rechaza la fuerza en sí misma, se hace de su propia manifestación algo distinto de sí misma para terminar encontrando en la fuerza una causa eficiente totalmente distinta (el ejemplo que pone Deleuze es el del relámpago que brilla, que es causa de su resplandor). En el momento de la sustancia la fuerza desdoblada se proyecta sobre un sustrato, sobre un sujeto que sería libre de manifestarla o no manifestarla. Al convertir la fuerza en el acto de un sujeto que puede ejecutar o contener, la fuerza se neutraliza. Deleuze señala que Nietzsche denuncia con encono la naturaleza ficticia y gramatical de sujeto, tanto sea el átomo de los epicúreos, como la sustancia cartesiana o la cosa en sí kantiana: todos esos sujetos son la proyección de “pequeños íncubos imaginarios”. Por último, en el momento de la determinación recíproca la fuerza neutralizada se moraliza. Y se moraliza a partir del supuesto de que si una fuerza puede con facilidad no manifestar la fuerza que “posee” no es absurdo, inversamente, suponer que una fuerza podría manifestar la fuerza que “no posee”. Desde el momento en que las fuerzas son proyectadas en un sujeto ficticio, este sujeto se revela culpable (de que la fuerza activa ejerza la actividad que posee) y

56 Cf. N, 26 y ID, 166.

57 Recordemos que las analogías de la experiencia forman parte del sistema de los principios y tienen como función fundar la forzosa conexión de las manifestaciones fenoménicas en la experiencia, construyendo a priori el entero edificio de la experiencia. El mundo de los fenómenos queda así sometido a las leyes de la naturaleza. Las analogías son las que permiten la previsión y el cálculo anticipado de los fenómenos. Cf. la sugerente exposición y comentario de la primera crítica kantiana de Duque (2002: 70-74).

meritorio (de que la fuerza reactiva no ejerza la actividad de la que carece). Es decir, como si la debilidad del débil, su más íntima esencia, fuera un mérito y la fuerza del fuerte, su ser potente, lo transformara en culpable.

«A la distinction concrète entre les forces, à la différence originelle entre forces qualifiées (el bon et le mauvais), on substitue l’opposition morale entre forces substantialisées (el bien et le mal).» (NPH, 142)

Es interesante observar que, como decíamos más arriba, el triunfo de las fuerzas reactivas no se produce formando una fuerza mayor que la de las fuerzas activas. El triunfo se produce gracias a una triple operación presidida por una ficción. Triple operación cuyos resultados son una falsificación (la fuerza activa se separa de lo que puede), una depreciación (se la acusa y se la trata como culpable) y una negación (inversión de los valores instituidos por el natural dominio jerárquico de las fuerzas activas). Veamos en una tabla cómo quedaría retratado este origen triunfal de la reacción y en qué modifica Deleuze la tabla de los principios analógicos kantianos (queremos hacer notar que el orden de los principios kantianos está alterado: la primera analogía es la de la sustancia y la segunda la de la causalidad)59.

KANT

KANT

KANT

KANT

(Analogías de la

(Analogías de la

(Analogías de la

(Analogías de la

experiencia)

experiencia)

experiencia)

experiencia)

DELEUZE

DELEUZE

DELEUZE

DELEUZE

(Paralogismo del resentimiento según Nietzsche)

(Paralogismo del resentimiento según Nietzsche) (Paralogismo del resentimiento según Nietzsche)

(Paralogismo del resentimiento según Nietzsche)