Hasta inicios de 2016 en el conjunto de yacimientos del Parque Nacional se han efectua- do un total de 73 dataciones absolutas, todas ellas por el método de AMS, en un total de 39 yacimientos. Merece la pena incluir en esta serie de dataciones las procedentes del Dolmen de la Font dels Coms, un yacimiento muy cercano al límite oriental del área periférica del Parque y que ofrece información interesante para intentar caracterizar la fase más antigua de esta secuencia de ocupación. Considerándolo, los yacimientos de los que se disponen fechas absolutas son, en total, 39 y el número de dataciones 76. Este volumen de dataciones hace de esta zona una de las mejor datadas de los Pirineos y del conjunto de áreas de montaña peninsulares.
Como se señalaba en el capítulo precedente, la cronología de los yacimientos del parque se conoce, en gran medida, gracias estas dataciones que proceden tanto de ex- cavaciones en extensión como de pequeñas catas. En las excavaciones en extensión se ha tendido a efectuar más de una datación absoluta, en gran medida resultado que a menudo han permitido documentar diversas fases de ocupacións. Dentro de éstas, destaca la secuencia de dataciones de la Cova del Sardo de Boí, que con 22 dataciones es una de las más extensas para un único yacimiento en toda la cordillera. Considerada globalmente, la serie de dataciones del Parque cubre un período de 10.700 años, que prácticamente corresponde a la totalidad del Holoceno. Internamente no hay, sin em-
bargo, una distribución homogénea ni de las dataciones ni del número de ocupaciones y contextos fechados (tabla 2).
Tabla 2. Número de dataciones, yacimientos y ocupaciones datadas por cada período (basado en Gassiot
et al., 2016a).
Periodo Nº dataciones Nº sitios datados Nº ocupaciones datadas
8700-6500 calANE 2 2 2 5600-3400 calANE 13 1 3 3400-2300 calANE 12 10 11 2300-300 calANE 2 2 2 300 calANE -450 calNE 15 13 13 450-1050 calNE 13 11 12 1050-1450 calNE 9 7 8 1450-1850 calNE 11 10 11
Aparte de las dataciones absolutas, los materiales recuperados en algunos yacimientos per- miten, por sus características, aventurar una posible cronología. Así, para épocas prehistóri- cas es posible ampliar en 1 yacimiento y 1 ocupación el período entre 5600 y 3400 calANE, en 3 sitios y 3 ocupaciones entre 3400 y 2300 calANE y en 3 sitios y 4 ocupaciones el comprendi- do entre 2300 y 300 calANE. Así mismo, en la segunda parte del período comprendido entre el 300 calANE i 450 calNE es posible incorporar otro yacimiento donde se recuperó cerámica
sigillata, de época romana, en su superficie.
La datación y estudio de algunos de los vestigios identificados mediante las prospecciones arqueológicas ha puesto de relieve una realidad que hace apenas unos años no solo era des- conocida sino impensable para muchos arqueologos/as: la ocupación humana casi continua de las zonas más altas de este tramo del Pirineo central a lo largo de los últimos 10.000 años (Gassiot et al., 2014a; Gassiot et al., 2014b; Gassiot et al, 2016a).
La distribución temporal de las dataciones también aporta datos interesantes que se irán desgranando a lo largo de este libro. En primer lugar certifica que los indicios de asentamien- tos humanos para los períodos más antiguos de la secuencia son muy puntuales y episódicos, aunque a partir del 5600 calANE, principalmente a través de la ocupación de la Cova del Sar- do, sus trazas son más intensas. El primer incremento claro en el número de yacimientos más o menos contemporáneos se observa a partir del 3400 calANE y, de forma más evidente, del 3000 calANE. Como se verá, este aumento se traduce también en una mayor dispersión de los asentamientos a lo largo de las diferentes áreas del parque. Igualmente es destacable la prácti- ca desaparición de contextos con dataciones absolutas durante los 2.000 años comprendidos entre el 2300 y 300 calANE y que se correlaciona con la ausencia de lugares de habitación humana identificados en este período. Finalmente, a partir de época romana y, más específi- camente, de inicios del período medieval los vestigios de ocupación humana datados vuelven a experimentar un incremento destacado que se prolonga hasta época contemporánea.
Aunque la cantidad de dataciones por período es ilustrativa de cambios en el poblamien- to humano de la zona, es un indicador que debe considerarse con cierta cautela. Diferentes factores pueden matizar la visión que nos ofrece. Unos son consecuencia de los propios mo- delos de poblamiento pretéritos. Seguramente en determinados momentos se intensificó la presencia humana en las zonas altas y en otros bajó su intensidad. También es posible que aun existiendo rebaños en ambas, en una época los pastores pernoctaron sistemáticamente en los pastos y quizás en otros se desplazaron a zonas más bajas. Otros provienen de la misma inves- tigación efectuada, de los sistemas para detectar yacimientos y de la metodología de muestreo empleada. Una parte importante de las dataciones provienen de cavidades. Esto es conse- cuencia que, sobre todo en los primeros años, en el programa de dataciones se priorizó la búsqueda de contextos antiguos, especialmente prehistóricos. En consecuencia, los períodos en que se usaron los pequeños abrigos como refugios pueden tener más presencia en la serie de fechados que aquellos en que únicamente se hicieron asentamientos al aire libre. Por otra parte, los pequeños sondeos en contextos de arquitectura no siempre son todo lo resolutivos que uno desearía. A veces un nivel de derrumbe potente o la presencia de remodelaciones arquitectónicas dificulta apreciar con claridad los contextos. Por ejemplo, poder relacionar un nivel de cenizas con el uso o la construcción de un recinto. Estas dificultades también explican las reservas en datar yacimientos al aire libre.
En los próximos capítulos este libro tratará de narrar la historia que estos yacimientos y las dataciones mencionadas dejan al descubierto. Una historia real, sepultada tanto bajo el sedimento del Parque Nacional como, hasta hace pocos años, de los prejuicios de los investi- gadores/as. A grandes rasgos la secuencia de dataciones muestra los principales parámetros de las sucesivas ocupaciones humanas de este rincón de alta montaña de los Pirineos. La tarea ahora será entrar en los detalles.