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EL HUNDIMIENTO DEL HMS COVENTRY

Luego de perder al destructor Sheffield, la fuerza de intervención del servicio de su majestad debía seguir en pie hacia el objetivo: “Concretar el bloqueo naval y posteriormente recuperar las islas”.

La historia del HMS Coventry, buque gemelo del Sheffield, comienza el 24 de mayo; como lo dijo su capitán, “fue un buen día para el Coventry,” ya que gracias a los radares del buque, una pareja aérea de Sea Harriers pudo destruir tres aviones argentinos, como señaló su comandante David Hart Dyke (La Guerra de las Malvinas, ED. Fernández Reguera, pp. 41). Parece ser que el destructor venía cumpliendo con eficacia la misión de escolta y proteger a sus buques madres, los portaaviones “Hermes e Invincible,” con la cobertura de defensa aérea. El Coventry había sido construido por Cammell Laid, en Birkenhaid, entre 1973 y 1978. Como el buque de la misma clase que el Sheffield, un destroyer tipo 42 armado con misiles guiados destinados a proteger de ataques aéreos a una fuerza de superficie.

Tenía un radar de vigilancia a gran distancia (tipo 965) y de misiles Sea Dart con auto director semiactivo. Además estaba equipado con la última tecnología electrónica de combate. Representaba una presa mayor para cualquier avión que entre en los dominios de su radar, y así la tarea de este representaba sencilla a sus misiles guiados.

Conforme a su misión, el Coventry junto a sus gemelos Sheffield y Glasgow, habían formado una pantalla avanzada en defensa aérea alrededor de los portaaviones Invincible y Hermes, como se señaló antes. Además de esa misión, seguían y controlaban a los Sea Harriers y a los Harriers GR3 del Hermes, para seguir e interceptar los ataques aéreos por parte de los argentinos. Desde el primero de mayo había cumplido satisfactoriamente su misión ya que había estrenado su armamento e inteligencia perfectamente. Pero aparte de guiar a los aviones, este disponía de su “letal” armamento, los misiles Sea Dart para hacer frente a la superioridad numérica de los argentinos en el aire. Fue así que el Coventry junto a su gemelo, HMS Glasgow fueron empleados en primera línea, a diferencia de algunas de las fragatas cuya misión era

Foto: instantes después que una de las bombas impactaran en su caso. La foto fue tomada desde la fragata Broadsword.

el cañoneo hacia las islas y tenían una posición más cercana a las costas. Cuando el HMS Glasgow fue dejado fuera de combate el 12 de mayo, luego de haber recibido una bomba, que para su fortuna no explotó, el Coventry quedó como el último buque de defensa aérea hasta la llegada de nuevos refuerzos (luego se le sumaría otro destroyer tipo 42, el HMS Cardiff).

Cabe destacar que el Coventry había antes tenido ya en su activo dos estrenos en importancia; al parecer el 3 de mayo su helicóptero de popa había disparado dos novísimos misiles “Sea Skua” sobre un barco de reabastecimiento a la altura de Puerto Argentino, y el 9 de mayo, los primeros Sea Dart, abatieron dos aviones Skyhawk y un helicóptero Puma, pero esa es otra historia.

En su misión, el destructor había recibido directivas de operar en conjunto con la fragata HMS Broadsword, y así de esa manera poder combinar el alcance medio de los misiles Sea Dart del Coventry (alrededor de 40 kilómetros) con la precisión de los Sea Wolf de la fragata, y así esperar infringir el máximo de pérdidas al enemigo. Pero como se demostró, resultó totalmente ineficaz para este caso, debido a la astucia, la rapidez y la valentía de nuestros pilotos. Hay que tener en cuenta también, según los cálculos de estrategas militares y de gente con conocimiento en la temática naval, que para hundir una fragata, y más aún una que usa la tecnología inglesa, se debieran emplear una oleada de alrededor – como mínimo – de unos 16 aviones a la vez. Contando como el casi 100 % el total de pérdidas. En que mente hubiese imaginado que nuestros pilotos de gran temple, por cierto (y que después fue reconocido por el mismo enemigo), haciendo gala de su profesionalismo y preparación, y muchas veces con la escasez de medios de avanzada tecnológica de punta, hicieran tanto daño al monstruo naval inglés. Ambas naves

fueron sometidas a intensos ataques aéreos el 25 de mayo (fecha simbólica) y hacia el mediodía, el Coventry enfrentó a dos de ellos con habilidad, tal que pudo derribar 3 aviones por medio de sus misiles.

Operando al noroeste del estrecho de San Carlos, los dos buques se encontraba como blancos perfectos, a tiro de cañón, y el último acto no duró demasiado. Entrando en lo que fue el ataque a dichas naves, que por cierto, duro en un abrir y cerrar de ojos. Se emplearon 4 aviones Skyhawk, que volando a baja altura – y así recorrer, arriesgarse a ser detectado por los radares – volaron los últimos 19 kilómetros en el mar para llegar a dar el ataque final. Parece ser que en el Coventry, los oficiales que estaban en la sala de operaciones, no fueron lo suficientemente rápidos para lograr divisar que clase de aviones eran, y al momento de querer utilizar los sistemas automáticos, éstos fallaron y lo emplearon de forma manual. Todo ello en cuestión de unos segundos. El capitán dió la orden de dispararles a los aviones con lo que sea antes que estos pasen por encima del barco y lanzaran sus bombas. Pero era demasiado tarde. Nada de ello sirvió, a pesar que el buque lanzo un misil Sea Dart, lo cual tres aviones resultaron abatidos, pero el último avión logro lanzar sus bombas sobre el casco y no me equivoco, lo digo muy bien. “Se emplearon

bombas1” para este caso, lo cual este detalle resulta distintivo, en la era de la electrónica y los misiles, lo que nos remonta hacia la Segunda Guerra Mundial. Es que la situación, y la posición del buque daba para decidir emplear el uso de las bombas. Había que arriesgarse y tratar de pasar por encima del buque. De nada hubiese servido emplear misiles, ya que estaba la fragata Broadsword para neutralizar los misiles con sus Sea Wolf. En este caso 3 bombas penetraron por babor, perforando el escaso blindaje, y explotaron en la misma sala donde estaban la mayoría de los oficiales encargados de dirigir la batalla.

Mejor suerte corrió su compañera, la fragata Broadsword, que impotente vio como se atacaba al buque. Dicha fragata tuvo que soportar bombas en la popa, destruyendo a su helicóptero que se encontraba allí, además resultó duramente ametrallada. Esta se encontraba justo atrás del Coventry a unos 400 metros, y asistió impotente al ataque del Coventry. Parece ser que en la Broadsword pensaron que inadvertidamente habían disparado un Sea Wolf e impactando sobre el Coventry, pero rápidamente tuvieron que ocuparse de sus propios problemas, y que una bomba había caído sobre esta y no había explotado. La bomba de 450 kilos había quedado sobre la cubierta del helicóptero. La situación de su compañero, el Coventry, era peor ya que la sala de operaciones resulto completamente destrozada por la onda de las explosiones causando la muerte a 19 de sus tripulantes, la mayoría oficiales encargados de

1 Se utilizaron bombas de 500 libras ya que si se hubiese optado por el uso de misiles, la fragata Broadsword seguramente lo hubiesen neutralizado con sus Sea Wolf y lograr así determinar la posición de los aviones, lo cual resultarían presa fácil. Es para destacar la arriesgada operación por parte de los pilotos. ¡Que estaratega lo hubiera imaginado! Lograr llegar hasta el mismo objetivo volando al ras del mar, arrojar las bombas y luego escapar a toda prisa.

dirigir el ataque. La bomba dio en el talón de Aquiles del mismo buque, la sala de motores, dejándolo así a la deriva y fuera de combate. La sala se lleno de humo negro, al igual que al Sheffield,

Foto: le tardó justo media hora para hundirse.

y su capitán, Hart Dyke, tal como el mismo contaría después, se dirigió lastimado y desorientado sobre el puente de mando y dio directivas de poner rumbo al este a toda velocidad. El Coventry se iba a pique rápidamente, le basto justo media hora. Entre los tripulantes no se percataron de escuchar la orden de

“abandonar el barco”, pero no obstante estaba condenado al naufragio. Enseguida sus oficiales,

suboficiales y marineros se colocaron los chalecos salvavidas y otros se encontraban todavía en la bodega del buque socorriendo a algunos hombres que entre humo y oscuridad, habían quedado inconscientes; por fortuna el tiempo estaba bueno y los supervivientes pudieron así ocuparse de ayudar a los hombres gravemente heridos o quemados y luego a ponerse a salvo en las balsas. Los buques que se encontraron próximos mandaron socorro y helicópteros que recogieron 55 sobrevivientes. Contando al Coventry, se habían perdido cuatro buques de guerra en tres semanas. Los otros fueron el Sheffield, la Ardent, y la Antelope.

Quedaba por lamentar la pérdida del Coventry, incluyendo las bajas, claro está, y las averías de la fragata Broadsword, y por consiguiente esta fragata quedó inutilizada a la espera de reparaciones.

No obstante había que esperar la llegada de refuerzos a la operación “Corporate”, ya que la pérdida del Coventry no significaba el fin de la defensa aérea. Inmediatamente arribaron al Teatro de Operaciones, el 23 de mayo el destructor Cardiff (tipo 42), el Bristol y la fragata Andrómeda, equipada con misiles Sea Wolf. Igualmente estaba próximo de arribar a la zona otro destructor tipo 42, HMS

Southampton. Como lo dijo la mismísima Primera Ministro de Inglaterra, Margaret Thatcher “Es la

ventaja de poseer la tercera flota del Mundo”.