Según la versión tradicional de la "Ruta de la Mesa", en el año 70 d.C. los romanos del Emperador Tito saquearon el Templo de Jerusalén y se llevaron los tesoros del Templo, entre ellos supuestamente también la Mesa de Salomón, que acabaría siendo depositada en el santuario de Júpiter Capitolino en Roma.
En el año 410 el Rey Visigodo Alarico saqueó Roma y se llevó los tesoros del templo de Júpiter a su capital, Tolousse, en el sur de Francia.
En el año 507 los francos arrebataron a los godos las tierras de más allá del Pirineo y forzaron a los sucesores de Alarico a establecerse en España, donde fundaron un Reino con capital en Toledo. En el año 711 los árabes de Tarik invaden la Península y llegan a Toledo, apoderándose, también supuestamente de la Mesa.
En la ruta árabe, el rastro de la reliquia se pierde en Jaén, y queda convertido en mito inalcanzable..., otras fuentes árabes relatan que el objeto sagrado fué llevado al Califa de Bagdad, en donde termina la pista.
Pero.., ¿tiene sentido y verosimilitud todo este periplo turístico de la Mesa, recorriendo países, culturas y siglos? ¿Acaso todo el mundo podía acceder a contemplar, sin ningún tipo de problema, el Shem Shemaforash, el nombre secreto y divino de Dios sobre la Mesa del Rey Salomón?
Evidentemente, semejante leyenda no tiene sentido ninguno. Eso no quita para que tal vez hubieran podido circular algunas copias falsas de la Mesa de Salomón por todas las culturas antiguas.
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Toda la teoría del supuesto recorrido o "Tour" de la Mesa de Salomón a través de los Pirineos, las culturas y los siglos, plantea graves deficiencias y contradicciones.
Antes de que el Emperador Tito, al mando de los romanos conquistara Israel en el año 70, ya en el año 586 a.C., el Rey Nabucodonosor de Babilonia, había invadido Israel y había saqueado el Templo de Jerusalén, llevándose todos los tesoros. Es decir, en todo caso, los romanos sólo podrían haber llevado aquello que hubieran dejado los babilonios en el Templo de Jerusalén.
Con respecto a la invasión babilonia, como se narra en el capítulo 1 del libro bíblico de Esdras, en el año 538 a.C., Ciro, el Rey de Persia, tras conquistar Babilonia, liberó a los hebreos, que habían sido esclavizados por los babilonios, y por orden de Jehová Dios, devolvió a Jerusalén todos los utensilios de oro y de plata, los cuales eran 5400. Esdras cap 1 vers 11.
Es decir, ¿Por qué muchas leyendas aseguran entonces que los romanos llevaron la Mesa de Salomón, si mucho antes también se la podían haber llevado tranquilamente los babilonios? Y es que la realidad fué que ni unos ni otros se apoderaron nunca de esta reliquia sagrada. De todas formas, hay que aclarar que tanto el Arca de la Alianza como la Mesa de Salomón eran dos objetos sagrados y especiales, aparte de los tesoros del Templo de Jerusalén. Y ambos objetos especiales siempre siguen un camino diferente al común de todos los tesoros corrientes que eran contabilizados en el Templo de Jerusalén.
El Emperador Tito hizo construir el Arco que lleva su nombre, en el Foro Romano, para celebrar su victoria sobre los judíos. En la Estela esculpida del Arco de Tito en Roma, aparecen figuras de romanos portando los tesoros procedentes del Templo de Jerusalén. Entre los tesoros capturados representados en el Arco de Tito, se puede ver, efectivamente, una Mesa, pero ésta no es la Mesa de Salomón como érroneamente se ha dicho muchas veces en publicaciones y foros. La Mesa de la Estela del Arco de Tito en Roma es la "Mesa de los Panes de la Proposición", un objeto sagrado de particular importancia para el culto israelita. La "Mesa de los Panes", estaba hecha de madera de acacia y recubierta con oro. Sobre la Mesa se colocaban ritualmente 12 panes y algunos utensilios.
Pero en la Estela de Tito no hay rastro de la Mesa de Salomón. ¿Acaso un tesoro tan importante como la Mesa de Salomón no lo habrían reflejado también orgullosamente los romanos en el Arco de Tito, si realmente se hubieran apoderado de ella?
Incluso es posible que esa Mesa sagrada de los Panes que se exhibe con tanta pompa en el Arco de Roma, fuera una copia de ella misma, ya que los judíos estaban preparados y adiestrados para proteger sus tesoros sagrados en caso de que se produjera cualquier invasión extranjera, y una de las maneras era hacer copias.
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¿Cómo pudieron aquellos primeros visigodos de Toledo entrar dentro de la Cámara Secreta del Rey Salomón, supuestamente para guardar la Mesa de Salomón, si nadie ha podido entrar allí nunca desde que construyó la nave el Rey Salomón?, exceptuando dos ocasiones históricas, las incursiones del Rey Rodrigo en el año 711 y la del Cardenal Silíceo en 1546, en unos actos de profanación y de irresponsabilidad, cuyas consecuencias se pagaron bien caras, trayendo, en el primer caso, el desastre a toda España...
La expedición de Rodrigo fué oficial, ordenada por el Rey, mientras que la de Silíceo fué una expedición secreta.
Pues igual que todos los cronistas de la época registraron el episodio del Rey Rodrigo y de sus hombres entrando en el Palacio de Toledo, del mismo modo, los correspondientes historiadores antiguos habrían registrado ese supuesto gran momento en el que los primeros visigodos habrían depositado la Mesa de Salomón en la Cueva de Hércules; incluso habría grabados conmemorativos; cosa que nunca ocurrió.
Siguiendo más pistas de los supuestos recorridos de la Mesa, otras leyendas llevan la Mesa de Salomón desde Toledo a Medinaceli, por lo que la ciudad sería llamada Medina Talmeida (Ciudad de la Mesa) y Medina al Shelim (Ciudad de Salomón). Otros supuestos destinos habrían sido Torija, un pueblo de Guadalajara, que recuerda a Tarij el árabe y en la zona de Alcalá de Henares, el Monte de Zulema, que deriva de Suleimán (Salomón en lengua árabe). Todas estas pistas últimas están basadas en leyendas árabes, que siempre serán infructuosas; sin embargo la verdadera información acerca de la Mesa de Salomón sólo puede ser hebrea.