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CAPITULO I Il contesto storico 11

3.3. Discursos alrededor de la novela

3.3.1. Italia

Por lo que se refiere al ámbito italiano, a través de la puerta abierta a la producción naturalista y realista francesa penetran también las obras de la nueva estética decadente-simbolista. Los críticos y colaboradores de las revistas literarias que habían apoyado la experiencia zoliana, como Cameroni o Pipitone Federico, acaban por informar y reseñar una producción artística de temas y planteamiento diferente. Ocupándose del Naturalismo, no pueden evitar leer À rebours (1884), la nueva novela de Huysmans ex-discípulo de Zola y uno de los autores de las Soirées de Médan, avisando del giro literario que marcaba. Si en sus reseñas Pipitone Federico y Cameroni oscilan entre dudas y apreciaciones, Vittorio Pica presenta con indudable entusiasmo el nuevo trabajo del francés en la revista romana La Domenica letteraria 301. A pesar de las polémicas suscitadas por la novela, la obra de Huysmans ratifica, junto con Verlaine y los poets maudits, el florecimiento de una estética nueva. Para el crítico merece ser reconocida como la Biblia del decadentismo. Puesto que, por un lado, la figura del protagonista, el duque Floreas Des Esseintes, será el “prototipo dei moderni spiriti raffinati”, el modelo humano perfilado en la obra, su “aristocratico protagonista”, despierta la admiración de

300 Cfr. “G. Verga a L. Capuana, Catania, 24 febbraio 1888”, en G. Raya, Carteggio Verga-Capuana, Roma, Dell’Ateneo, 1984, p. 290.

301 Cfr. V. Pica, La vita a rovescio, “Domenica letteraria”, III, 40-41 (5 e 12 ottobre 1884).

“quelle anime delicate e fino all’eccesso sdegnose di qualsiasi volgarità” aclara Pica302. Por otro lado, a raíz de las referencias bibliográficas presentes en la novela, se iluminan a los autores de una literatura difícil, refinada, aristocrática, anti-burguesa, como Baudelaire, Verlaine, Corbière, Villiers de l’Isle-Adam, Mallarmè. En consecuencia, la obra desvela el lado “sombrío”, místico, elitista, de otra Francia literaria, alternativa a la escuela naturalista. Se trata de una indicación de gusto, de preferencias culturales, de una nueva orientación estética, completamente inéditos.

Al mismo tiempo, en Francia, entre 1881 y 1883, se publican los Essais de psychologie contemporaine de Bourget, que contribuyen de manera notable al planteamiento y sucesiva elaboración de una novela de tipo “psicológico”. Del mismo autor sale a la luz, en 1889, Le disciple, señalado por Serao, en el artículo “I cavalieri dello spirito” (1894), como emblemático de la “nuova corrente spiritualista”303. Además, subraya Tellini, antes de que el crítico francés E-M. de Vogué ponga de manifiesto las carencias de la poética naturalista en su Le Roman russe (1886), Domenico Ciampoli publica una serie de artículos en la Fanfulla della Domenica que suscitan en Italia el interés hacía los célebres autores rusos, capaces de trazar una imagen de la realidad y de la interioridad del hombre de signo completamente invertido304.

Se trata de los primeros indicios de la incipiente crisis del Naturalismo francés y de las iniciales incursiones de ejemplares de la literatura decadente en el ambiente cultural italiano. Y anteriores a la acción más incisiva que llevan a cabo, entre 1895 y 1900, Vittorio Pica305, Arturo Graf306, y revistas literarias como las romanas Cronaca bizantina (1882-1885) y Il Convito (fundado en 1885 por Adolfo De Bosis307), o la florentina Il Marzocco (su primer numero está fechado el 2 de febrero de 1896).

Las crónicas literarias de las últimas dos décadas del siglo XIX se convierten en medios privilegiados de difusión y asimilación de las nuevas poéticas decadentistas y

302 Cfr. V. Pica, “Poemucci in prosa” da All’Avanguardia (1890). Se ha consultado el texto en el volumen de V. Fortichiari, Invito a conoscere il decadentismo..., pp. 121-123.

303 Cfr. M. Serao, “I cavalieri dello spirito”, en A. Fogazzaro, Tutte le opere. Scene e prose varie, vol. XV, Milano, Mondadori, 1945, pp. 158-162.

304 Cfr. G. Tellini, Il romanzo italiano ..., p. 214.

305 A partir de mayo de 1885, Pica empieza a publicar sus artículos sobre los “moderni bizantini” en la Gazzetta Letteraria de Turín. Comienza con Poictevin, presenta a Huysmans y a Verlaine, y luego el año siguiente, en 1886, se ocupa de Mallarmé. Reúne sus trabajos en los volumenes All’avanguardia. Studi sulla letteratura contemporanea (1890) e Letteratura d’eccezione (1898), verdaderas panorámicas de la literatura europea de la época.

306 Los textos de Graf se recogen en Preraffaelliti, simbolisti e esteti (1897) y en Letteratura dell’avvenire (1891).

307 Primera revista italiana oficial del Esteticismo decadentista, Il Convito, dirigida por Adolfo De Bosis y en la que colabora D’Annunzio, publicó nueve fascículos entre enero de 1895 y diciembre de 1896.

simbolistas, además de constituir documentos preciados que atestiguan las directrices culturales de la época. Si, por una parte, se convierten en “lugares” destinados a albergar los debates suscitados por las nuevas obras y corrientes artísticas, por otra, dejan de manifiesto el florecer de una reacción anti-naturalista generalizada y varia. Serao observa en el artículo mencionado antes:

questo che fu chiamato un fenomeno isolato [...] si è venuto moltiplicando, qui, altrove, in varie letterature, diverse fra loro; [...] Ognuno dalla sua parte, scrittore di critica, poeta, romanziere, ha manifestato a suo modo questa tendenza spiritualista, sempre più forte.308

Sin embargo, en 1882, en Cronaca bizantina, Giulio Salvadori se había pronunciado en contra del “realismo” y del “naturalismo”, que estaban captando la atención de lectores y escritores –la publicación de los Malavoglia (1881) es muy reciente– y hacía profesión de su fe en el “Nuovo Ideale”:

Ora, riconosciuta e determinata la forza che agita perenne la vita e con un moto fatale, che può fermarsi momentaneamente ma non interrompersi, tende a condurre alla piena efflorescenza, all’intero e generale sviluppo d’ogni loro energia tutte le forme dell’essere, l’Ideale, raggiante di nuova luce, risorge più splendido e vivo che mai.309

El artículo de Salvadori representa uno de los primeros avisos del giro literario anti-realista que se impondrá entre los años ochenta y noventa, mientras que anticipa los tonos de la polémica que se llevaría a cabo en las páginas de las revistas del esteticismo romano y florentino.

Volviendo al ámbito narrativo, cabe decir que la representación de la realidad, según los principios de la impersonalidad expuestos por Verga en los primeros años ochenta310, queda descabalgada por las aspiraciones excepcionales de “spiriti raffinati”

deseosos de liberar “la loro febbre d’ignoto, il loro ideale insoddisfatto, il loro bisogno perpetuo di sfuggire all’abborrita realtà della quotidiana esistenza, di sorpassare i confini del pensiero”311. De manera paradoxal, como habíamos señalado antes, en los años de la depresión económica (1888-1893), del escándalo de la Banca d’Italia (1892), de la exacerbación de las luchas sociales y del riesgo de un golpe de estado militar, prevalecen las ilusiones de potencia, el culto vitalista de lo bello, el ideal de un arte aristocrático en

308 Cfr. M. Serao, I cavalieri..., p.159.

309 Cfr. G. Salvadori, “Nuovo ideale”, en N. Vian (ed), Scritti bizantini, Cappelli, Bologna, 1963, p. 196.

310 Véase el prólogo teórico a la novela verghiana L’Amante di Gramigna, de la antología Vita dei campi (1880), y la sucesiva prefación a Malavoglia de enero de 1881. Cfr. G. Verga, Le Novelle, ed. de G. Tellini, vol. I, Roma, Salerno, 1980, pp. 230-239; G. Verga, I Malavoglia, Milano, Garzanti, 1999.

311 Cfr. V. Pica, Arte aristocratica: conferenza letta il 3 aprile 1892 nel Circolo filologico di Napoli, Napoli, Luigi Pierro editore, 1892, pp. 1-2.

consonancia con las exigencias de un círculo formado por pocos elegidos. Retomando el texto de la conferencia de Pica, el crítico analiza ese momento de transición empleando unos términos casi sociológicos y concluye diciendo que:

del resto ogni considerazione pro o contra è superflua dinanzi al fatto che il dissidio tra una letteratura democratica ed una letteratura aristocratica si va sempre più affermando, forse perché attraversiamo un angoscioso periodo di transizione, un periodo di dubbio e di scoraggiamento morale.312

Por otra parte, también los motivos inspiradores de la revista romana Convito, exhibidos en el celebre “Proemio” que abre el primer fascículo, se pueden considerar emblemáticos de la orientación estética anti-naturalista a la que nos estamos refiriendo, y del germinar de una llamada “arte aristocrática”. En el texto, atribuido a D’Annunzio, se lee:

c’è ancora qualcuno che in mezzo a tanta miseria e tanta abiezione italiana serba la fede nella virtù occulta della stirpe, nella forza ascendente delle idealità trasmesseci dai padri, nel potere indistruttibile della Bellezza, nella sovrana dignità dello spirito, nella necessità delle gerarchie intellettuali, in tutti gli alti valori che oggi dal popolo d’Italia sono tenuti a vile, e specialmente nell’efficacia della parola.313

Los tiempos nuevos, pues, no sonríen a la escritura rustica de Verga o a la de Capuana, sino al D’Annunzio esteticista y al Fogazzaro místico, que entienden el arte como la expresión del “anima umana”, de la Vida, reservada a quiénes demuestren poseer una innata sensibilidad superior.

A unos programas poéticos diferentes se acompaña, sin embargo, una preocupación común. La literatura está cercada por el utilitarismo y el materialismo de la nueva sociedad capitalista y su valor parece envilecer cada vez más al contacto con la creciente industria editorial. A ello se añade que el final del siglo parece traer consigo el fracaso de todos los ideales y valores. Una percepción que, trasladada al ámbito artístico, se traduce en la constatación de la decadencia de las más nobles y bellas formas de arte. Ni la poesía ni la prosa salen indemnes.

Por otra parte, se declara solemnemente la crisis de la novela decimonónica. “Il romanzo moderno è malato” afirma, con una prosopopeya, Capuana, y los médicos, continuando con la metáfora, “fanno la diagnosi del male” pero “non ci sanno dir niente di chiaro sulla soluzione alla crisi”; hay quien sugiere una “buona dose di naturalismo”, o

312 Cfr. Ibidem, p. 5.

313 Se cita de “Proemio”, Convito, I, (gennaio 1895), pp. 3-7, reproducido por E. Sormani, Bizantini e decadenti..., pp. 37-39.

“iniezioni sottocutanee di psicologismo”, o “chi propone una cura ricostituente di idealismo o di neo-cattolicismo, chi sciroppi di simbolismo e anche di lirismo". Es todo inútil porque “mentre i medici si accapigliano, il malato muore”314.

Gabriele D’Annunzio concuerda con la diagnosis de Capuana e inicia un artículo titulado “L’arte letteraria nel 1892. La prosa” publicado en el Mattino (28-29 dicembre 1892), con una frase altisonante: “Quest’anno muore oscuramente per la letteratura italiana”315. Él también corrobora la visión del árido panorama que supone la narrativa contemporánea. A diferencia de Capuana, sin embargo, hace hincapié en las causas y señala algunas soluciones al problema. Aquí, el escritor apunta a las angostas teorías zolianas y a la poca soltura del literato italiano en el uso del “strumento primo dell’arte letteraria: la padronanza della lingua italiana”316. Sobre el mismo asunto, en otro fundamental documento programático, “Il romanzo futuro” publicado en la Domenica di Don Marzio (31 gennaio 1892), espera la aparición de un “ideal libro di prosa moderno”317. Sobre este propósito insistiremos más adelante cuando centremos nuestra atención en las ideas dannunziane en torno a la novela, al abordar el estudio de su obra juvenil Il Piacere (1889)318.

Nos interesa, en este momento, traer a colación unas últimas y bastante clarificadoras palabras del autor, mediante las cuales traza un balance de la situación literaria italiana y europea contemporánea. En la famosa entrevista llevada a cabo por Ugo Ojetti, publicada en el volumen Alla scoperta dei letterati (1895), dice que:

Fino a qualche anno fa, romanzieri e novellieri praticavano le anguste teorie zoliane rappresentando con molta cura delle particolarità esteriori certi aspetti della vita borghese o contadina studiati nelle singole regioni natali […] Ma lo studio era superficiale e grossolano […]. Ma, poiché il cerchio era angusto e inferiore, gli spiriti più complessi e più inquieti sentirono il bisogno di uscirne; e, per questo bisogno, si protesero con avidità verso le correnti spirituali che di continuo attraversano la vita europea e la conturbano, fecondandola. E fu bene.319

314 Cfr. L. Capuana, “La crisi del romanzo”, en Gli “ismi” contemporanei (1898), Milano, Fabbri, 1973, pp.

40-41.

315 Cfr. G. D’Annunzio, Pagine disperse. Cronache mondane, letteratura, arte di Gabriele D’Annunzio ed.

de A. Castelli, Roma, Lux, 1913, pp. 544-550, p. 544.

316 Cfr. Ibidem, p. 548.

317 El mismo fragmento está recogico en la dedicatoria A Francesco Paolo Michetti (“Dal Convento di S. M.

Maggiore, nel calen d’aprile del 1894”), en el Trionfo della morte, Milano, Mondadori, 1995, pp. 3-8. Aquí pronuncia su intención de asumir la labor de “concorrere efficacemente a constituire in Italia la prosa narrativa e descrittiva moderna: ecco la mia ambizione più tenace”, cfr. Ibidem, p.3.

318 Forma parte del corpus de obras que nos disponemos a analizar detenidamente en la segunda parte de la Tesis.

319 Cfr. U.Ojetti, “Gabriele D’Annunzio. (Francavilla al Mare, gennaio del ’95)”, en Alla scoperta dei letterati (1895). Texto consultado en U. Ojetti, D’Annunzio. Amico, poeta, soldato: 1894-1944, Firenze, Sansoni, 1957, pp. 3-20, pp. 7-8.

Resumiendo, la retahíla de fragmentos, de voces de testigos oculares que hemos venido relatando, nos ha ayudado a dar una visión global del momento en el que la novela decimonónica se abre a la experimentación, encaminada hacia otro proyecto estético. Nos centraremos en las modalidades, los protagonistas y las obras que configuran ese proceso evolutivo, en el capítulo que abre la segunda parte del presente trabajo.